UN VIEJO QUE LEÍA NOVELAS DE AMOR – luis sepúlveda

En la Amazonia ecuatoriana, un dentista visita un poblado de gentes embrutecidas, colonos llegados de otras partes del país merced a un imperfecto programa gubernamental de incentivos. Allí se mezclan con los salvajes shuar, etnia semicivilizada y nómada que poco a poco huye, como los animales, del límite menguante de la selva.

La historia cambia, de improviso, su punto de vista. Ya no importa el dentista sino uno de los viejos colonos, que ha pasado parte de su vida viviendo entre los salvajes y adoptando sus costumbres, y a quien el dentista le trae desde Guayaquil novelas románticas de un prostíbulo, que él lee pausadamente para sobrellevar la pesadez perezosa durante la época de las lluvias. Cuando un gringo mata a unos cachorros de tigrillo, la madre enloquece y busca matar a los hombres. El viejo, entonces, alcanza protagonismo como gran conocedor de la jungla.

Esta novela breve rezuma amor por la naturaleza, censura ante los desastres ecológicos humanos, brutalidad e ironía. Está contada con arte y una sencillez aparente. Es muy bella. La lucha entre el hombre y el animal ha terminado recordándome a «El viejo y el mar»; pero mientras aquella obra terminó resultándome, pese a su brevedad, larga para lo que desea contar, ésta me ha sabido a poco: me ha parecido que podría decirse tanto más, que abre un mundo de posibilidades tan grande como la Amazonia misma.

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YERMA – federico garcía lorca

«Yerma» cuenta la historia de una joven mujer casada que tiene la ilusión de tener hijos y desespera por la imposibilidad de tenerlos. El argumento es sencillo, y la fuerza de la obra reside en cómo se transmiten las emociones de esa mujer y en cómo los cotilleos de sus vecinos revelan lo que la sociedad espera de ella.

Cuando leí «La casa de Bernarda Alba» en el colegio, no la disfruté demasiado. Si embargo y como conté en una entrada anterior, la entendí, la disfruté y me entusiasmó cuando la vi representar en el teatro Cervantes de Londres. Con «Yerma«, mi experiencia ha sido la contraria. Primero la vi en el teatro -el mismo- y me gustó, pero salí con la sensación de que la obra podría ser mejor. Leerla ha rellenado, de algún modo, los huecos dejados por la actuación; ha conseguido transmitirme mejor las emociones de Yerma, y me ha parecido una gran obra.

Cuando leí «Poeta en Nueva York» debía de frisar los 25 años y, entonces, no conseguí ver en Lorca el poeta fabuloso que todos admiran; me hubiera gustado, pero solamente unos pocos poemas me revelaron su genialidad. Ésa es también, en parte, la razón por la que todavía no he leído «Federico«, el último libro de mi amiga Ilu Ros, que está siendo todo un portento en ventas -Ilu, si lees esto, que sepas que «Federico» está en mi montoncito de libros por leer. ¡Lo leeré pronto!-. Sin embargo, sí veo en en Lorca un dramaturgo portentoso y original, y le admiro por ello. Probablemente debería de darle otra oportunidad a su poesía.

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LOS SANTOS INOCENTES – miguel delibes

Con qué ternura nos cuenta Delibes la historia de los siervos de un cortijo español donde, a mediados del siglo XX, los «señoritos» todavía les tratan como animales, negándoles una educación, riéndose de ellos con soberbia y paternalismo, y exigiendo un respeto cuasi feudal. Como es Delibes de quien hablamos, todo esto no se dice sino que se intuye, aunque de manera clara. Sin embargo, la historia también admite -aun chirriante- la visión contraria, la de un «señorito», un terrateniente que se justifica ante la ignorancia y la miseria del pueblo llano.

Sea como fuere, el libro toma como principal protagonista a un viejo con incapacidad mental, un «inocente», para quien la amistad de un pájaro lo es todo en la vida. Otras historias aparecen y desaparecen en torno a ésta, historias que podrían desarrollarse en sendas novelas y de las cuales no conocemos su final; todas ellas ayudan a entender la vida en el cortijo y a definir, indirectamente, la personalidad del «señorito» y el trasfondo social.

La estructura de la novela es particular. Se divide en seis «libros» o capítulos, y cada uno de ellos es una única oración que funde narración y diálogos sin ayuda de punto y seguido ni punto y aparte. El efecto es la de una historia sencilla que nos contaran en el pueblo y que no pudiéramos dejar de escuchar hasta su final o, al menos, hasta el final de cada capítulo.

Confirmo a Delibes como a uno de mis autores preferidos, lista en la que le había incluido tras leer «Cinco horas con Mario«. Las dos novelas son bastante diferentes pese a sus muchos puntos en común: el trasfondo social, la educación como pilar de éste, la manera de contar sin ser completamente explícito, la ternura, el entendimiento (real o supuesto) de las razones que motivan a personajes antagónicos, el lenguaje llano y la investigación formal.

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TO KILL A MOCKINGBIRD- harper lee

«Matar a un ruiseñor» es la historia de la defensa de un negro en un caso de violación ambientado en 1935 y contado desde la experiecia de la hija pequeña del abogado defensor. ¡Pero es tanto, tanto más que eso!

Este libro está contado con una prosa precisa, una ternura indecible y un equilibrio entre lo que se dice y lo que no se dice capaz de conmover a las piedras. Es también una crítica mordaz -pero no ofensiva- a la sociedad provinciana del sur de los Estados Unidos tras la Gran Depresión. Su mayor poder es mostrar los defectos de las gentes sin caer ni en la condescendencia ni en la moraleja, aunque muchas veces se acerca a ambos. El mayor de estos defectos es, por supuesto, el racismo que impregna casi cada página del libro; un racismo asumido como natural que, a fuerza de costumbre, cuesta incluso identificar.

Me ha parecido una novela fantástica, tanto por la calidad de la escritura como por la cantidad de emociones que remueve. Es una novela, también, extrañamente circular y abierta al mismo tiempo. Encontramos elementos que la atraviesan y hallan sentido en diferentes capítulos, como por ejemplo el primer párrafo, que no entendemos hasta el final de la novela. Y sin embargo no todas las subtramas apuntan a un mismo final. Algunas (un incendio, el personaje de Dill, etcétera) parecen excesivamente desarrolladas para su poca transcendencia final. Esto, que en otros libros me parece falta de oficio, aquí no me ha parecido mal e incluso me ha gustado mucho, pero sí me hace preguntarme por qué. La única explicación la encuentro en el desarrollo natural de la narración en torno a un vecindario que quiere ser todo un fresco social.

Para terminar, una anécdota. La primera vez que oí hablar de este libro fue en la universidad. Yo debía de tener 22 años y mi  conciencia política no estaba formada. Y como nunca me ha gustado juzgar a la gente por sus ideas sino por sus hechos, me llevaba bien con estudiantes de todo el espectro político. «Matar a un ruiseñor«, este maravilloso alegato contra el racismo y por el respeto, era entonces el libro preferido de un falangista. Ojalá todos los falangistas pensaran así.

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ATONEMENT – ian mcewan

Briony es una niña al filo de la adolescencia, quizá algo mimada, cuyo interés por la literatura le lleva a preparar una de sus obra de teatro -algo pedantes y siempre con finales felices de cuento de hadas- para recibir a su hermano mayor que, al igual que su hermana, un amigo de la casa y un amigo de su hermano, están a punto de llegar a casa en el verano de 1935. Poco antes llegan también sus primos, dos chicos gemelos y una chica algo mayor que Briony, que pasarán el verano en la casa y a quienes Briony azuza para representar su muy querida obra de teatro. Pero Briony verá algo que cambiará el curso de la obra y marcará su carrera futura y su relación con la fa milia, algo que su edad no le permite entender bien y cuyo testimonio, una vez escuchado por el mundo adulto que le rodea, se convertirá en una culpa que tratará de expiar durante toda su vida.

Esta magnífica novela se divide en cuatro partes. La primera, la más larga y estilísticamente perfeccionista, narra las circunstancias que llevan a Briony a cometer su «crimen». Leyéndola, es difícil no recordar la técnica del flujo de conciencias y los hilos conductores salpicados de trivialidades que desarrolló Virginia Woolf en libros como «The Waves«, que el propio autor cita más adelante en un pasaje metaliterario en una historia que, desde el principio, parece anunciar una convicción literaria arraigada en su autor; al menos, eso es lo que se nos hace pensar en una novela que juega con la verdad, la ficción y la metaliteratura, aunque sin hacer de este juego su razón de ser principal. A pesar de que el autor no lo menciona, diría que también hay técnicas importadas de Hollywood, tanto en esta primera parte como en la última. En la primera parte sobresalen los saltos temporales hacia el futuro, que nos transportan rápidamente hacia pasajes de la historia cuyos detalles aún desconocemos, sólo para volver hacia atrás y releer lo que ya sabemos desde perspectivas diferentes; a veces parece que hay una voz en off hollywoodense que guía la trama y la dota de sentido.

El resto del libro se desarrolla en un tono y estilo distintos. Una vez comentido el crimen, con Briony ya adulta, no hay necesidad de expresar con las mismas técnicas momentos históricos -la Segunda guerra mundial- y maneras de ser -el entendimiento adulto en lugar del infantil- diferentes y por tanto la novela cambia; cambia incluso bruscamente. La segunda parte mantiene la intriga no a través de ligeros saltos hacia el futuro con billete de vuelta sino mendiante una historia lineal cuya huida parece alargarse y no terminar nunca. La tercera parte es, quizá, la más confusa. Tiene perfecto sentido y, más que ninguna otra parte del libro, desarrolla un argumento. A pesar de todo, dice muy poco que el lector no sepa ya o no intuya. La cuarta parte o epílogo es pura metaliteratura y, de nuevo, voz en off.

La novela tiene el sabor de un clásico en cada página. Me ha parecido, al mismo tiempo, profundamente desfasada y rabiosamente moderna. Me ha sorprendido la profundidad de los personajes femeninos; de todos ellos, mucho mejor caracterizados que los masculinos. Y desde luego su trama no me ha dejado indiferente. Se trata de una historia tratada con gusto y un ánimo discretamente rompedor. El tiempo dirá si pasa a considerarse una novela canónica o simplemente una buena novela pero, sea cual sea el veredicto, merece leerse como una de las grandes novelas que se están publicando en el siglo XXI.

escrito en inglés | leído en inglés

HIROSHIMA MON AMOUR – marguerite duras

Me encanta la colección de clásicos contemporáneos que Seix Barral fue sacando a mediados de la década de 1980, y que mi madre fue adquiriendo -y leyendo- número tras número. Cuando vuelvo a casa, muchas veces leo uno o varios tomos, y prácticamente todos me han llegado muy hondo. En esta ocasión decidí leer esta obra de Marguerite Duras. Una obra extraña porque se trata de un guión de cine. Había leído teatro antes; pero, ¿cine? Esto era algo nuevo.

Duras publicó el guión de la película homónima, incluyendo las partes que no fueron utilizadas y las descripciones de personajes y lugares. El efecto para un lector que, como yo, no esté acostumbrado a leer guiones de cine, es cuanto menos curioso. La obra es sencilla, como no puede ser de otra manera en este formato. Es también poética, y nos avisa de antemano de lo que va a suceder sin que impida disfrutar de lo que ocurre; estas dos cualidades son, quizá, más propias de la literatura que del cine. Me doy cuenta de que esta apreciación es discutible.

La obra trata de un adulterio, una aventura de una noche entre dos personas casadas, en la Hiroshima reconstruida después de la guerra. A propósito del adulterio, el siguiente diálogo me pareció bastante agudo: «-Soy de dudosa moralidad, ¿sabes? / Sonríe. / -¿A qué llamas tú una dudosa moralidad? / Tono muy ligero. / A dudar de la moralidad de los demás«.

Me ha gustado. Acaso me ha gustado de una manera extraña que no alcanzo a definir. Hablo, claro, de la historia misma. Leer cine me ha gustado también, de una manera extraña que sí puedo explicar; porque es diferente a mis lecturas habituales, porque la lectura es fresca y directa, y se centra en las pocas cosas que uno debe imaginar. Supongo que el siguiente paso es ver la película.

escrito en francés | leído en español

CINCO HORAS CON MARIO – miguel delibes

Chapó. Una novela de aúpa, con una profundidad enorme, un argumento genial, una estructura muy organizada y una técnica incomparable. ¿Por qué no habré leído a Delibes antes?

Prólogo: Mario ha muerto. El féretro está en su despacho, su mujer y sus hijos se encuentran presentes y los allegados han comenzado a llegar. Se nos presentan en rápida sucesión los pesonajes, las tramas y los recursos técnicos que el resto de la obra va a desarrollar. Cuerpo: Una vez Carmen, la viuda, está sola velando el cadáver, toma la Biblia, libro que Mario leía la noche en que murió, y lee los párrafos subrayados por él. Cada párrafo es el comienzo de un capítulo y hace a Carmen desvariar en monólogos íntimos y reproches hacia el muerto. A través de sus palabras -las repeticiones temáticas y literales que encabalgan los capítulos y muestran el reflujo constante del pensamiento, los modismos, interjecciones, anhelos y contradicciones- adivinamos primero y descubrimos después, no solamente las vidas de Mario, de Carmen y de las personas que les rodean, sino los espíritus irreconciliables de dos maneras de entender el mundo entre las que media un abismo; ahí está el reflejo entre la España de izquierdas y la de derechas mostrado sin acritud, la modernidad y la tradicción, en los pensamientos de una mujer que, creyéndose educada, es muy sencilla. Epílogo: Habiendo despuntado el alba y llegado la hora de la conducción del féretro al cementerio, un narrador impersonal apunta al legado de aquellas dos Españas enfrentadas, sintetizadas en personas distintas.

¡Ay, pobre Mario! ¡Y pobre también Carmen! La belleza de la novela no esconde la brutalidad de la realidad que describe. Seguiré leyendo a Delibes; ya me han recomendado «El camino»

escrito en español | leído en español

H IS FOR HAWK – helen macdonald

¿Es una novela? ¿Una biografía, una autobiografía? ¿Ficción o no ficción? En cualquier caso, se trata de uno de los libros más originales que he leído últimamente.

Helen está devastada por la muerte de su padre. Lentamante, sin querer y sin apenas darse cuenta, se introduce en una espiral de preguntas y autoanálisis. Cetrera experta, un impulso le lleva a adquirir un azor, el ave rapaz más difícil de domar y su obsesión desde muy niña. Obsesionada con la cetrería desde pequeña, Helen ha leído muchos libros sobre este deporte; uno solo no le gustó: «The Goshawk«, de Terence Hanbury White, que describe los patéticos esfuerzos del escritor por entrenar a un azor sin ayuda experta. White, escritor relegado hoy a la segunda categoría de la literatura, fue el autor de los libros que imaginaron la leyenda artúrica tal y como la conocemos hoy en día, incluyendo la figura del mago Merlín en la historia. Inmensamente popular en vida, Helen nos describe a un White inseguro y despreciativo de sí mismo, incapaz de conciliar su anhelo de pertenencia a la alta sociedad británica con su homosexualidad y sus deseos de sadismo. La narración entrelaza la exploración introvertida de los sentimientos de Helen y White, en distintos momentos y por motivos diferentes, al entrenar a sus azores. Helen, tratando de superar la muerte de su padre y su cada vez más acusada soledad; White, intentando dar una razón de ser a sus deseos reprimidos. Y ambos buscando su lugar en el mundo.

El libro obliga a una lectura pausada. Es denso, contiene un vocabulario un tanto curioso, está lleno de reflexiones cotidianas sobre sensaciones y sentimientos, sobre el valor del paisaje como un ente histórico, creado, cuyo valor identitario es tanto o mayor que su valor natural. Es un libro plano en el sentido de que ocurren pocas cosas, como tampoco ocurren en las novelas de, por ejemplo, Virginia Woolf, y también porque carece de grandes finales que permitan terminar la historia de manera clara, tal y como hizo Kafka. Se trata de un viaje a la introversión y al análisis, a un plano del pensamiento que tiene difícil cabida en las novelas, y sin embargo es un libro que no podría considerar filosófico. Es bello y frustrante, contiene reflexiones para subrayar dentro de párrafos densos, incluso farragosos.

Cuando Helen recorría el paisaje pantanoso de Cambridgeshire, recordando su niñez y la figura  de su padre ya desaparecida, yo recordaba mis paseos por aquel mismo paisaje, ahora hace prácticamente un año, inmerso en la búsqueda de una catarsis para depurar mi memoria de mi relación reciente, llegada a su fin. Helen, con su libro, me ha hecho pensar más que disfrutar, y bregar entre sus páginas más que transportarme por ellas. Dos veces lo cogí y dos veces lo dejé, y no fue hasta la tercera que conseguí leerlo entero. Por alguna razón, jamás dudé que fuera a terminarlo, y siempre pensé que contenía lecciones de las cuales iba a extraer algo útil.

escrito en inglés | leído en inglés

RIÑA DE GATOS – eduardo mendoza

Eduardo Mendoza era el último premiado por el Cervantes cuando yo me paseaba por Alcalá de Henares la pasada primavera. Bajo una llovizna que se tornaba lluvia por momentos, me acerqué a uno de los puestos de la plaza central para comprar algo de Mendoza. No fue difícil, ya que todos los puestos tenían algún libro suyo en puestos bien visibles; sin embargo, no di con el libro que había ido a buscar: «Sin noticias de Gurb«. Me conformé con «Riña de gatos«, del que había oído muy buenas críticas, aunque también había oído que era de algún modo distinto al resto de la obra de su autor.

¿Qué tal está el libro? Bueno, en mi opinión tiene puntos fuertes, débiles y otros que no sé muy bien cómo clasificar. Lo primero que hay que decir es que se trata de un libro entretenido; es una novela de aventuras con una trama de espías ambientada justo antes del estallido de la Guerra Civil, salpicada de humor y mucha ironía, que nunca se hace pesada y sirve para disfrutar leyendo. Desde luego, esto es algo positivo. Sin embargo, el modo en que se hilvana el libro, la profundidad de los personajes e incluso el lenguaje utilizado recuerdan a otros superventas de la literatura española de este siglo y es muy, digamos, propio del premio Planeta, que por cierto mereció en el año 2010. ¿Es esto bueno o malo? No lo sé, lo dejo a juicio de cada lector. Yo agradezco este tipo de lecturas de tanto en tanto, rápidas, interesantes, entretenidas; pero también superficiales en cierta manera o faltas de ambición. Si compruebo «Riña de gatos» con «Crematorio«, por ejemplo, me parece que la última es mucho más rompedora, y acaso más ajustada a lo que yo pienso que puede premiar el Cervantes.

Leeré «Sin noticias de Gurb» cuando tenga la oportunidad. Releyendo el párrafo precedente, me parece que no he subrayado lo suficiente que el libro de Mendoza me ha gustado. Porque me ha gustado, aunque quizá esperaba algo ligeramente diferente.

escrito en español | leído en español

O LAPIS DO CARPINTEIRO – manuel rivas

9788483022610Amor. Es correcto decir que ésta es una novela de amor, aunque también de guerra y hasta de penitencia. Es también correcto afirmar su carácter trágico aunque -menos mal- no es una tragedia.

Esta novela está ambientada durante la represión falangista en Galicia que siguió al golpe de Estado contra la II República en 1936. Varias voces describen el terror, la prisión, los «paseos» que los falangistas daban a algunos presos, fingiendo liberarlos por la noche para fusilarlos en cualquier parte; también los odios antiguos abiertos sin medida durante la guerra, la diferencia de comportamiendo de ciertos estratos sociales, como el clero, y la vida del campesinado rural. La novela, en fin, refleja la vida social de la España de la guerra civil y la posguerra.

Yo no sabía de qué trataba la historia, sólo quería leer en gallego. ¡Es tan bonito el gallego! Nada más comenzar el libro me di cuenta de cuánto lo echaba de menos. Dio la casualidad de que lo leí en el momento indicado, justamente tras terminar las páginas dedicadas a la represión en Galicia del libro de Paul Preston sobre la guerra civil, que comentaré cuando termine.

La novela es preciosa. Posee una gran complejidad disfrazada de sencillez, tanto en la estructura como en el desarrollo del tema. Su lenguaje y metáforas la hacen a la vez cercana y memorable. Pongo la vista ahora en otra novela de Rivas: «Os libros arden mal». ¡Espero que me guste tanto o más!

escrito en gallego | leído en gallego