CUENTOS COMPLETOS – franz kafka

Compré este libro hace más de doce años y desde entonces he ido leyendo, de a poco, sus 83 relatos, novelas cortas y fragmentos. La excepción ha sido «La metamorfosis», que ya había leído años antes, justo antes de cumplir los 18. Entonces, su lectura me dejó una sensación de confusión, un preguntarme: ¿qué es esto que acabo de leer? La misma sensación se repitió al leer los primeros relatos de este libro. En aquel entonces yo cogía y dejaba inconclusas bastantes antologías de relato y poesía y ésta quedó en su rincón durante un tiempo, como libro confuso y extraño que me pareció.

Pero un día los relatos comenzaron a tener  sentido, a enganchar, a gustarme. Leí el número 25, «En la colonia penitenciaria», hará unos 10 años, y se convirtió en uno de mis relatos preferidos; un relato brutal sobre una máquina de tortura, pero también sobre el sinsentido que hay en el mundo, y me interesé más por Kafka y por el contexto en que escribió su obra. Entonces me mudé al extranjero y, a veces, leía unos pocos relatos más de visita en casa de mis padres. Así, durante años, fui entendiendo lo que significa el adjetivo «kafkiano», reconociendo y disfrutando los temas y el estilo que caracterizan a Kafka: la insignificancia y la doblegación del individuo ante una sociedad grande y abstracta ante la que debe postrarse, el esfuerzo y el terror por encajar en unas normas sociales que muchas veces no tienen sentido, el análisis interior de estas normas convertido en obsesión…

El verano pasado leí «El artista del hambre», otro relato magnífico que resume todo lo anterior, sobre un artista cuyo arte es el ayuno; comienza siendo admirado en el circo como un animal más, hasta que las modas cambian y ya nadie le hace caso, sin que él no pueda ya cambiar de modo de vida. Leí también «En nuestra sinagoga…», que contando la historia, tierna incluso, de un extraño monstruo que habita en una sinagoga, vuelve a los temas de la soledad, la incomprensión y la pequeñez frente a una sociedad paternalista que admite los esfuerzos inútiles de individualidad, únicamente porque no la comprometen. Los argumentos de estas historias evidencian el uso que Kafka hace de lo surreal.

Ahora me encanta Kafka. Comencé a leerlo sin estar seguro de que me gustara, sin entenderlo, y he terminado de leer sus historias con interés e ilusión. Mención especial al esfuerzo de la colección El Club Diógenes de la editorial Valdemar por reunirlas. Esta colección de libros de bolsillo asequibles me pareció magnífica en su momento y hace mucho que ya no la veo en librerías. Leed a Kafka. Diría que me da pena haber leído ya sus historias; pero aún no, aún me faltan por leer sus dos grandes novelas: «El castillo» y «El proceso».

escrito en alemán | leído en español

LO RARO ES VIVIR – carmen martín gaite

El libro sigue la historia de Águeda, una archivista con alma de cantante que, recientemente, se ha quedado huérfana de madre. Sus relaciones familiares son complicadas y su proyecto de vida, confuso.

La novela nos cuenta cómo, a raíz de una visita al geriátrico en la que el médico de su abuelo le propone hacerse pasar por su madre, Águeda repasa momentos de su vida que le provocan pensamientos contradictorios y que, queriéndolo o no, la encaminan a cerrar las heridas en la relación con su madre.

El punto fuerte del libro es la fluidez con que la autora se mueve entre los diferentes pensamientos de Águeda, que toman un número limitado, pero entrecruzado, de escenas, personajes secundarios y referencias culturales que dicen mucho de la protagonista y, a veces, aventuran algo sobre la vida de su madre; historias paralelas que abren su ventana al mundo y que no se resuelven.

Me ha gustado ese monólogo interior, ese mejunje de historias inconexas resuelto con una prosa sin costuras visibles. Creo que la novela hubiera dado más de sí, que la solvencia de la prosa da para más ambición incluso. Sé que «Nubosidad variable» anda por casa…

escrito en español | leído en español

THE BEAUTY OF THE HUSBAND – anne carson

Anne Carson retrata la relación (¿tóxica?) de un matrimonio en el que él es un mentiroso patológico y ella una cornuda que se mueve entre los celos y el placer. Lo hace a través de una serie de poemas titulados de manera aparentemente errática, precedidos por versos y anotaciones de John Keats. Un tercer personaje, amigo del matrimonio, aparece en escena envuelto en cierto misterio.

A veces, Anne escribe pura lírica; otras parece escribir un poema en prosa y aún otras, cuando desarrolla diálogos, me parece estar viendo representar una obra de teatro. Dice mucho sin ser explícita del todo y utiliza bastantes referencias cultas, sobre todo referidas a la Grecia clásica. De hecho, a veces utiliza palabras en griego. Todo el libro es muy homogéneo y estas notas y referencias permiten, al mismo tiempo, alejarse de la trama principal y entenderla mejor.

Al principio, el libro me resultó algo extraño. He ido entrando mejor en él según avanzaba y ha terminado por gustarme bastante. Anne tiene un estilo particular, diferente. Me quedo con la sensación de haber entendido casi tanto como se me ha escapado. Y pese a las referencias a la «belleza» del marido que puntúan las páginas, he visto la belleza de la poesía solamente, escapándoseme la de las situaciones que relata.

Aunque Anne Carson es una poeta canadiense muy reconocida, la curiosidad de leerla me viene de Orlando, que entiende como nadie mis gustos poéticos y me ha recomendado sus libros varias veces. Orlando que, por cierto, ganó el Loewe de poesía en 2021. ¡Desde aquí te vuelvo a dar la enhorabuena!

escrito en inglés | leído en inglés

NADA – carmen laforet

«Nada» es la historia de una adolescente que, terminada la guerra civil, se muda del pueblo a Barcelona para estudiar en la universidad. Allí vivirá con unos parientes que apena conoce, en una casa de locos donde la pobreza y el hambre desembocan en violencia y sinsentido. En la universidad se mezclará con hijos de burgueses, cuyo mundo no podría ser más distinto al suyo.

La protagonista descubre que la amistad y el amor por la vida van acompañados por la decepción, y los afronta con una suerte de aceptación insumisa. «Nada» es una novela bella, lúcida, sórdida y violenta, que a veces hiere los sentimientos profundamente y que pinta una España que duele leer. Su estilo es fácil de seguir, sencillo e intimista, y choca con lo que cuenta. Esa actitud de aceptación de la protagonista de la que hablaba antes, que es como una sensación de derrota apenas iniciada la lucha, surgida de la indiferencia ante el cansancio simple del hambre, sorprende ante los capítulos de violencia e injusticia que la novela narra.

«Nada» tiene también un noséqué de autenticidad. Si hay muchos libros que, pareciendo comerciales, muestran ínfulas de algo más grande, aquí me ha parecido que sucede lo contrario, que esta novela es algo más grande que ella misma, disfrazada todo el rato con empeño, mal que bien, de literatura comercial.

escrito en español | leído en español

LAS EDADES DE LULÚ – almudena grandes

Guau.

Quién me hubiera dicho a mí que esta señora que habla así en la tele y escribe asá en los periódicos iba a contarnos algo tan pervertido y soez.

Sabía que Lulú no era ninguna santa -cosas que se oyen por ahí-, pero desconocía exactamente de qué trataba el libro. Llevaba un tiempo buscándolo por aquello de que el título suena y, cuando lo encontré hace un par de semanas de pura casualidad, lo compré. Comencé a leerlo durante un viaje en avión y, claro, al término de la primera página ya no sabía si debía ocultar la portada o podía dejarlo tranquilamente a la vista de cualquiera. Es algo así como leer una mezcla entre Mishima y Sade, versión bisexual. El primer párrafo nos introduce a una mujer que se corre viendo una película porno de temática gay. Después de eso: mucho sexo, varias filias y alguna que otra fobia (a los penes pequeños, me parece).

El libro tiene su parcela de humor y crítica, está bien escrito y tiene una estructura muy lograda que mezcla diferentes marcos temporales. Claro que no puedo abundar mucho más porque estaría desviando la atención del tema principal: el sexo. Déjenme que lo repita: sexo. Sexo guarro, sexo banal, sexo sadomasoquista; sí, hay más detrás, hay una historia, hay una buena escritora; pero sexo, sexo, sexo. Porque este libro no existe sin él y una crítica que carezca de la palabra sexo escrita muchas veces (sexo, sexo, sexo) no puede describirlo.

escrito en español | leído en español

CATCH-22 – joseph heller

¿Qué tienen los libros de los que no sé nada para atraparme? ¿Será la falta de expectativas? Éste, en concreto, me ha parecido fabuloso y lo recomiendo encarecidamente. Recomendación por delante: la historia.

La historia sigue a un grupo de aviadores estadounidenses destacados en Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque la novela toma sus distintos puntos de vista, se centra principalmente en Yossarian. Yossarian tiene miedo, todo el mundo cree que está loco y, además, ¿qué tipo de nombre de mierda es Yossarian? Sus compañeros bien se ríen o se desesperan cuando Yossarian intenta convencerles de que lo quieren matar. En una guerra, razonan, y todo el mundo quiere matar al enemigo; pero eso, en opinión de Yossarian, es un argumento a su favor.

Con ésta y otros sofismas se abre una historia desternillante de humor absurdo, basada en una serie de escenas de lo más divertido -un muerto que no existe, la entrega de una medalla a un soldado desnudo, aventuras de prostíbulo, un chiringuito para comprar huevos a siete céntimos y venderlos a cuatro-, contadas astutamente de manera no lineal. Según la trama avanza o retrocede, las escenas van adquiriendo algo de luz; la risa pasa a ser sonrisa y se convierte en dolor cuando el lector entiende que detrás de esas escenas que, al principio, parecían tan absurdas y ligeras, se esconde una crítica terrible al sistema, a la guerra, a la corrupción y al egoísmo de unos pocos que, por capricho o ambición, provocan el mal de muchos.

Hay mucho cinismo y humor de mal gusto en esta novela exquisita y ligera, pese a su profundidad disimulada y un vocabulario que, en ocasiones…; pongo ejemplos: lackadaisical, embezzlement, otiose, argosy, obstreperously. Pues eso. A pesar de la llovizna de cultismos, casi todo el libro -excepto cierto capítulo en Roma- evita la densidad argumentativa y la narración farragosa, confiando en la efectividad de diálogos sencillos y del humor ácido que recorre el libro para hacer calar su mensaje en el lector de manera gradual.

¿Está Yossarian loco o lo están todos los demás?

escrito en inglés | leído en inglés

KOALA – lukas bärfuss

Incapaz de encontrar una razón que explique el suicidio de su hermano, el protagonista de Koala se obsesiona con un recuerdo de niñez asociado al koala, lo cual le lleva a rastrear la historia de este animal y, por extensión, la del continente australiano.

«Koala» es la yuxtaposición de dos historias. La primera es un relato corto que nos muestra lo difícil que es lidiar con el suicidio de un ser querido. La segunda es una suerte de mito de fundación que recorre la Australia primigenia, aborigen y colonial. El lenguaje es muy bello y la historia, muchas veces, mueve a compasión de una manera un tanto brutal con un relato donde la injusticia, la enfermedad y la coprofagia se narran como simples hechos.

Me gustó mucho empezar a leerlo. Me enganchó enseguida, para mi sorpresa, con un tema y una historia que no parecían tener los alicientes necesarios para engancharme. Me encandiló la magia de lo que llamo «mito fundacional», a falta de una expresión mejor; trazas que me recordaron a las transcripciones de historias subsaharianas anteriores a la época colonial y a ciertos pasajes del realismo mágico. Quizá esta segunda parte peque por extensa y profusa en detalles. Quizá el final sea un poco abrupto y la ligazón entre las dos partes de la novela sea demasiado débil. Una ligazón más fuerte acaso hubiera caído en tópicos morales o moralejas. No lo sé. El libro me ha gustado mucho, aunque su final me ha resultado abrupto.

escrito en alemán | leído en alemán

LA MONTAÑA MÁGICA – thomas mann

Ésta es la historia de una panda de zánganos que pierden el tiempo en un sanatorio.

No, en serio.

En serio. El señor Mann hubo de tener una experiencia traumática en su visita a un sanatorio suizo, en Davos para más señas -lugar extraño, o quizá muy adecuado, para el Foro Económico Mundial que allí se reúne-, para escribir casi 1050 páginas sobre un montón de burgueses infantiles, vanos e inútiles que comen, descansan en una tumbona -oh sí, esa tumbona de la portada-, pasean durante diez minutos, vuelven a comer, descansan, comen, pasean durante veinte o treinta minutos, descasan, comen, descansan, comen y duermen, y que cuando intentan mantener una conversación sobre los temas más variados y profundos que la filosofía y la teología han parido, los argumentos grandilocuentes se mezclan de tal manera que no hay forma de sacar nada en claro y que, cuando parece que por fin sacas algo en claro, el narrador te dice que en realidad está todo mezclado. Pero bueno, tú sigues leyendo porque, en el fondo, la narración se deja leer y la historia tiene algo de interesante y no-pude-ser-siempre-igual. En efecto, cambia. Lentamente. Muuuuy lentamente. Y cuando parece que va a suceder algo, te lo cuentan en francés porque, claro, la buena sociedad habla de temas pudorosos en francés. Y te encuentras leyendo 15 páginas en francés, idioma que no entiendes, preguntándote por qué maldita razón no te habías lanzado con el original en alemán, si total ibas a entender lo mismo.

Ay, señor Mann, cuánto me gustó su «Muerte en Venecia«. Claro que en aquella época yo estaba interesadísimo en la estética como disciplina filosófica, tema en que su libro incidía sin yo saberlo. A «La montaña mágica» me he acercado sin prejuicios y como aquella primera vez, desconociendo su argumento. Sabía que encontraría disquisiciones de índole filosófica, casi diría ensayística; pero no creía que fueran embrolladas y contradictorias, sino  claras y con un objetivo relativamente claro. Pues no, parece que la intención era la opuesta. Muy bien, riámonos pues. Nos podemos reír una vez o dos (me reí una vez o dos), ¿pero cuántas veces son mil páginas?

¿De qué trata esta montaña del libro? Pues trata del tiempo, así en abstracto y si te atragantas, bebe agua. Es un muy buen tema y, francamente, está bien conseguido. Pero no sé si justifica tamaño volumen. Me parece que García Márquez logró una buena concepción del tiempo en «Crónica de una muerte anunciada«; me parece también que, sobre la relación entre el tiempo y la memoria, Borges hizo un trabajo exquisito con «Funes el memorioso«. Este último relato me vino a la mente al leer cierto párrafo de «La montaña mágica». Me pregunto si el cuento, publicado con posterioridad a la novela, estuvo inspirado por ese párrafo.

Menuda relación de amor-odio he desarrollado con este libro. Aunque he querido resaltar lo que me ha sacado de quicio, en el fondo -a veces muy en el fondo- «La montaña mágica» me ha gustado. Está repleta de ironía, a ratos hace pensar, a ratos engancha y cuando no, desespera; pero dejemos eso aparte.

Quiero comentar dos cosas más: la imagen de España en el libro y la traducción.

España está sobrerrepresentada en el libro en comparación con otros países, y sin embargo jamás se habla de ella de primera mano. España, para Mann, no es un país sino una metáfora de los valores caducos y retrógrados de Occidente. Sin embargo, las acusaciones son veladas la mayoría de las veces; no quedan claras, no hay personajes principales que encarnen los valores asociados a España plenamente; cuando parece que los hay, entendemos que su relación con España es muy indirecta y que tergiversan sus valores a conciencia. Cuando parece que estos valores son objeto de burla, por fuerza se respetan.

La traducción es la de Isabel García para Edhasa. No me cabe duda de que ha hecho un buen trabajo y de que el libro se lee con facilidad; creo que ése era el objetivo de la nueva traducción: acercar esta historia al lector moderno. He ojeado algunas críticas, tanto buenas como malas. No conozco ninguna otra traducción de esta obra y no he leído el texto original, de manera que no puedo opinar en ese sentido. En general, la traducción me ha parecido buena, y ha conseguido soslayar problemas difíciles que tienen que ver con la fonología y la manera de funcionar del idioma alemán, como el tuteo y otros temas que son recursos importantes en el libro. Y sin embargo, la traducción chirría, en concreto durante las primas y últimas 200 páginas, por alguna razón. Me explico. Aparte del error aislado aunque garrafal del «o otra vez» (página 796), hay elecciones gramaticales extrañas. Casi no se notan y, sin embargo, me hicieron detenerme en la lectura. Por ejemplo, en oraciones largas con varios sustantivos de referencia, se hace concordar a un adjetivo en género o número con un sustantivo que, en principio, no parece lógico aunque sea gramaticalmente aceptable. Algunas (aunque muy pocas) elecciones semánticas también me han parecido raras; por ejemplo escribir «no tenía vigor» en lugar de «no tenía vigencia» o «no estaba en vigor». Cierto es que mil páginas son muchas y que por otro lado la edición está cuidadísima y prácticamente está libre de erratas.

Pero no pretendo aburrir a mis lectores y este artículo ya es demasiado largo. En suma, ahora entiendo aquello de Borges sobre preferir las obras cortas a las largas, incluidas las de los mejores escritores. «La montaña mágica» me ha gustado, me ha entretenido y la considero además una obra ideal para el confinamiento. Confinado en casa, casi te puedes sentir como un visitante del sanatorio. Sin embargo, creo que disfruté mucho más de «Muerte en Venecia«, que leí hace ya once años. Creo que esto se debe a mi mayor interés sobre los temas tratados, pero también por la claridad de la narración y por la extensión de la obra.

escrito en alemán | leído en español

UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO – arthur rimbaud

Comencé a leer este libro hace once años durante un viaje universitario en autobús. El libro era prestado y el viaje, corto, de manera que no me dio tiempo a terminarlo; ahora ha sido una relectura en su mayor parte. Había olvidado el oscurantismo de Rimbaud, el simbolismo y la sensación de decadencia. Rimbaud es un poeta con multitud de estudiosos y seguidores y una influencia relevante; tanto es así que me remitiré únicamente a las sensaciones que la lectura me ha provocado y dejaré de lado todo remedo de análisis.

El texto me ha parecido muy oscuro, complejo y abstracto, lo que provoca que cualquier entendimiento -y empatía- se antoje parcial. Las primeras secciones, dantescas y exageradas, son como un torrente de ideas, sensaciones y palabras. Creo que hubiera disfrutado más con una contención narrativa y simplicidad de estilo mayores, aunque algunas de las imágenes me han parecido inteligentes y atrayentes. La sección «Alquimia del verso«, menos caótica y casi libre de exageración y teatralidad, ha sido la que mejor ha despertado mi interés y la que me ha gustado más.

Más o menos por la misma época en que comencé a leer a Rimbaud, solía leer a Baudelaire. Aunque de eso hace ya mucho tiempo, en mi memoria no prevalecen «Las flores del mal«, muchos de cuyos poemas recuerdo igualmente grandilocuentes y exagerados, sino los pequeños poemas en prosa de «El esplín de París«, que encontré incisivos y me hicieron recapacitar, y los ensayos.

escrito en francés | leído en español

HOMINTERN – gregory woods

La comedia «Pride» (2014) me dio a conocer la librería londinense Gay´s The Word, que poco después visité con curiosidad, espoleado por un amigo muy asiduo de establecimientos similares en Madrid. Allí ojeé volúmenes de autores vagamente familiares como Isherwood, y decidí adquirir éste por su título recóndito y, todo sea dicho, bastante arrogante: «Homintern. How Gay Culture Liberated the Modern World». ¿Por qué habría la cultura gay -si tal cosa existe- de liberar el mundo moderno?

Si la palabra commintern alude a la supuesta conspiración comunista derivada de la Primera Internacional y los movimientos obreros subsiguientes, el poeta y activista pro-derechos egipcio-británico Gregory Woods alude irónicamente a la sospecha de una internacional homosexual con la palabra homintern, una idea que reflejan tanto los escritos de personas concretas como las actuaciones de varios gobiernos a lo largo del siglo pasado. Una conspiración que, merced a la condición de judíos de prominentes sexólogos y psicoanalistas, pioneros en el estudio de la homosexualidad, adquirió tintes peligrosos durante el auge del antisemitismo a comienzos del siglo XX y que, debido al secretismo del «armario», entendido como una sociedad homosexual paralela a la sociedad común, llevó a la paranoia durante la Guerra Fría.

El libro cubre aproximadamente un siglo, desde la década de 1870 a la de 1970. Su comienzo coincide, pues, con el desarrollo del psicoanálisis y el estudio de la sexualidad. En aquella época, los estudiosos categorizaron los comportamientos sexuales, incluyendo los homosexuales, de manera extensiva. Esta práctica es común a otras muchas ciencias. Aunque la mayoría de los neologismos se han olvidado con el tiempo, uno de ellos se perpetuó: «homosexual». Años más tarde y únicamente por oposición, aparecería otro: «heterosexual». El autor arguye que, antes de esta época, la homosexualidad era conocida y tratada, muchas veces, de manera benévola en altas esferas de la sociedad, y desconocida en las bajas; simplemente, era algo impensable, cosa que continuó sucediendo con el lesbianismo hasta bien entrado el siglo XX. Razona después que en las sociedades clasistas y rígidas del norte de Europa, esta riqueza de nomenclaturas permitió a la prensa de finales del XIX referirse a diversos escándalos sexuales con palabras precisas, como por ejemplo el de Oscar Wilde, lo cual visibilizó la homosexualidad asociándola a la perversión y la barbarie. Este argumento le sirve a Woods para justificar que los homosexuales encontraron refugio allí donde mejor se les aceptaba: las artes. De esta manera, la proporción de homosexuales en la danza, la pintura, la escritura, la poesía, el teatro y el cine en el arte vanguardista del siglo XX es -según Woods- incontestablemente más alta de lo que correspondería al porcentaje real de la población homosexual, en un periodo de gran influencia cultural que ha dado forma a los cánones culturales modernos. Muchos de ellos expresaron en su obra artística los tabúes de la sociedad en la que vivían y contribuyeron a «liberar» la sociedad en su conjunto. Por contra, la revolución sexual de los sesenta parece mermar esta preponderancia, precisamente por el aceptamiento gradual de la homosexualidad, ya que los gais y lesbianas son capaces de vivir su sexualidad abiertamente y tienen una necesidad menor de encontrar refugios en entornos tolerantes como los que ofrecen las artes.

Paralelamente se abren varios argumentos que completementan y rivalizan con el principal. Primero, la migración de personas homosexuales desde las sociedades donde la homosexualidad estaba criminalizada hacia el Mediterráneo, donde las leyes basadas en el código legislativo napoleónico la permitía en cierto grado, lo cual contribuyó al internacionalismo de gais y lesbianas y, por ende, a mayores interacciones culturales. Woods describe, extensamente y con puntos de vista amplios y contrarios, siempre a través de visiones personales -fragmentos de novelas, cartas, discursos, biografías-, el Berlín, prebélico, el París de entreguerras, el «paraíso» homosexual de Capri -paraíso, únicamente, para los no italianos-, el Tánger del condominio internacional y el Nueva York de los ´50 y ´60; todos ellos mecas homosexuales durante el siglo largo del que se ocupa su libro. Otro gran tema es el de la homofobia e, interesantemente, el de puntos de vista de la comunidad homosexual que, según la lucha por los derechos avanza, las nuevas generaciones van considerando homófobos.

Quizá el libro falla en que esta síntesis es posible únicamente cuando el libro está muy avanzado, La mayor parte es un compendio de citas y anécdotas, una investigación más que un ensayo, densa y profusa en detalles. A veces tuve la impresión de estar leyendo un conjunto enorme de chismorreos, digno de la mejor revista del corazón; eso sí, deliciosamente escrito.

Algunas de esas anécdotas individuales me han proporcionado, sin embargo, los mejores momentos de la lectura. Me ha sorprendido ver las relaciones artísticas en el París de las vanguardias, entre artistas homosexuales y heterosexuales, cultivadas gracias a los salones gais y lésbicos de Gertrude Stein y otros; he aprendido por fin qué es eso de los balets rusos y la enorme influencia mundial que alcanzaron; me he interesado por la historia de la librería parisina de Shakespeare and Co., que visité, ignorante de su existencia, algunos años atrás, y por la de su librera; he aprendido por qué Berlín se ganó su fama sexual; y he entrevisto por qué Hollywood ha sido hasta hace poco, pese al libertinaje de sus habitantes y trabajadores, un lugar donde las historias siguen el mismo patrón clasista y homogéneo.

Incapaz de resumir este libro de forma más breve, soy también incapaz de finalizar con una recomendación. Es un libro interesante y necesario, también denso y anecdótico. Nunca lo habría dejado de leer y, sin embargo, sólo el confinamiento al que nos somete la pandemia me ha obligado a terminarlo. ¿Es prescindible o imprescindible? Ese juicio se lo dejo a otros lectores.

escrito en inglés | leído en inglés