Cuatro meses enteros he tardado en leer la famosa crónica de Ernst Jünger sobre la Primera Guerra Mundial, basada en los diarios que escribió durante el conflicto. Aunque la curiosidad con que comencé la lectura no me abandonó hasta su final, la violencia extrema y costante que recorre cada página me produjo un rechazo difícil de superar.
El libro sigue la carrera militar del autor y tiene la batalla del Somme como punto álgido. El estilo es muy bueno y trata de ser objetivo, aunque en ocasiones destila un cierto tufillo a panfleto belicoso que, no obstante, debe perdonarse porque Jünger menciona a sus compañeros con nombres y apellidos, y es natural que desee darles homenaje.
La guerra de trincheras, las alambradas, los ataques con gas e incluso la erróneamente llamada gripe española aparecen, capítulo sí y capítulo también, dando una idea de cómo fue la guerra, sucediéndose absurdamente en busca de un objetivo superior que, de manera que a mí se me antoja kafkiana, el libro no se molesta en describir ni justificar.
En esto último, sin embargo, este libro difiere mucho del de Remarque, donde el esfuerzo por demostrar el absurdo de la guerra es plenamente consciente. Aquí —se nos dice— se trata de a visión de un soldado que no desea ver más allá de las órdenes que recibe. Algo más tiene, y mejor es leerlo, aunque cueste, que necesitar escibir otros libros semejantes.
escrito en alemán | leído en alemán