ARCHITECTURAL GUIDE TO LJUBLJANA – andrej hrausky y janez koželj

Este libro ha constituido una agradable sorpresa. Como guía arquitectónica es austera e incluso simple: parca en palabras, escasa en planos y falta de información en general, con un diseño gráfico algo rígido y una traducción del esloveno al inglés que rechina ligeramente con sus numerosos latinismos; pero es clara, está bien ordenada, tiene letra grande, un formato alargado atractivo y una prosa sucinta que se centra en los datos más importantes y los cuenta bien. Al fin y al cabo, cuando encontré esta guía no estaba buscaba algo como la preciosa guía de Brno, increíblemente bien diseñada, que leí en 2016. De hecho, no buscaba nada en absoluto. Encontré esta guía en una tienda de segunda mano de Londres en 2018, dos meses antes de mi viaje de mochilero por los Balcanes, y la compré porque planeaba visitar Liubliana. Me atrajeron, justamente, su forma alargada y su sencillez rayana en la simpleza. Ahora que quería leer algo sencillo, me han vuelto a atraer las características de cuando la adquirí. Por supuesto, no la leí antes de viajar a Eslovenia, de modo que algunos de los edificios presentados nunca los visité, y otros los encontré por casualidad.

La guía se estructura en tres partes. La abre una brevísima e interesante introducción histórica a la arquitectura de la ciudad, seguida de una selección de 100 edificios representativos, ordenados por fecha de construcción y de los cuales muchos me han sorprendido -¡me los perdí!- y donde alguno… ¡lo he echado en falta! Al final se incluyen un curioso y breve glosario de términos arquitectónicos, una nueva división de los edificios por estilos y varios planos de la ciudad.

Se puede disfrutar leyendo guías arquitectónicas y no solamente sorprenderse por el diseño de los edificios y analizar sus cualidades. He aprendido, por ejemplo, que Liubliana ha sufrido varios terremotos importantes tras los cuales la ciudad se ha transformado. También que la ciudad ha ido siguiendo las distintas modas y teorías arquitectónicas con una fidelidad que me parece sorprendente en una ciudad relativamente pequeña. De entre éstas, la mayoría las daba por sentado, aunque la influencia Cubismo checo me ha sorprendido bastante. Cierto que en aquella época ambos países eran dependencias de Austria-Hungría, pero yo creía que el Cubismo checo se había ceñido a la República Checa y en concreto, casi exclusivamente a Praga, sin tener repercusión más allá del territorio checo. Voy a tener que leer mi guía sobre este estilo arquitectónico, que compré en uno de mis viajes a República Checa…

En fin, una guía ligera en todos los sentidos, sucinta y agradable de leer. Aunque claro, lo mejor que se puede hacer es ver Liubliana sin necesidad de libros. Me dio la impresión de ser una ciudad tan coqueta, limpia y agradable, que si no fuera por las pulgas que me asaltaron en el albergue donde me alojé, la recomendaría más a menudo.

escrito en esloveno | leído en inglés