GESAMMELTE WERKE. DIE GEDICHTE – rainer maria rilke

Alegre, optimista, piadosa; hacia el final: oscura, ambivalente, difícil; y siempre densa, culta y sonora. Así me ha parecido la poesía de Rilke que, en teoría completa, ofrece Anaconda en esta edición de mil páginas.

Leer a Rilke no es fácil, y menos en una edición sin presentaciones ni notas al pie. Aunque este tipo de ediciones suelen abusar de añadidos, no tener ninguno me parece mala idea. Ni siquiera sabía que las secciones intercaladas entre los libros publicados eran de poemas inéditos, muchos de ellos simples fragmentos incompletos, hasta que la lectura lo dejó en evidencia. La calidad de la encuadernación, la presentación y la impresión son, sin embargo, muy buenas.

Hay Rilke para aburrir, y me he aburrido leyéndolo a veces. Páginas y páginas de una poesía métrica y rimada sobre un número de temas limitado obran el efecto de que, si se lee muy de seguido, todo parezca igual. Aunque no lo es. Los poemas de juventud sobre su Praga natal me provocaron una sonrisa y me devolvieron recuerdos de esa ciudad, a la que tengo un cariño especial. Aunque me costó entrar en su poesía mística, profundamente religiosa, lo hice de lleno con la primera parte de su Libro de las horas. Y quizá sean esos poemas bienintencionados y agradables, que imaginan a un monje devoto pensando en Dios, los que más me han gustado y de donde más citas he extraído. Después llegó el aburrimiento, el más de lo mismo, para terminar en una nota distinta, en los tonos más oscuros y la rima ausente de las elegías, y en la complejidad temática y acaso moral de los Sonetos a Orfeo.

Y termino con una cita: «Du musst das Leben nicht verstehen, / dann wird es werden wie ein Fest» – «No debes comprender la vida, / para que así se convierta en una fiesta».

escrito en alemán | leído en alemán

AQUEL AÑO – a. emma sopeña balordi

El año pasado, Emma y yo quedamos en una terraza de Valencia para hablar de poesía y ponernos al día. Me llevé un recuerdo grato y una copia firmada de «Aquel año«, un segundo poemario que bien podría formar parte del primero: «Esplendor«. Los temas que trata son los mismos (el amor, su pérdida y su recuerdo, el deseo), su tratamiento formal es también idéntico, con poemas breves de versos blancos precisos en los que nada sobra, e incluso las imágenes elegidas se repiten en ocasiones.

La colección viene precedida por un breve alegato del verso blanco, una justificación de la elección formal bastante inusual y que considero bienvenida. Los primeros poemas son una muy buena introducción: «Y, como Scherezade, / te narro mis historias, / verídicas y falsas, / y ellas te retienen / para que no me mates con tu huida«.

Algunos versos sueltos me han gustado mucho, y es que Emma sabe decir mucho con muy poco. Por ejemplo: «Padece mi piel / amnesia de caricias«; o también, hablando de una fotografía: «Todo mi mundo cabe en diez por quince«; o también: «Las manos comulgaban, / las bocas bendecían».

Por extensión, ligeramente más amplia y que permite una variedad algo mayor, veo su primer libro como una mejor introducción a la poesía de Emma, aunque creo que ella no opine lo mismo. ¡Leedlo y juzgad por vosotros mismos!

escrito en español | leído en español

THE SOUND OF THE MOUNTAIN – yasunari kawabata

El miércoles pasado le hablé sobre este libro a T., un japonés con el que a veces practico húngaro. Solamente me dijo que es un libro viejo, dándome a entender que nuestra generación tiene un interés limitado por lo que cuenta. Hablar en húngaro sobre un libro japonés que he leído en inglés pese a ser español describe, justamente, la sensación que el libro me ha dejado: lost in translation.

Shingo es un hombre mayor que se siente viejo y cuyos dos hijos bregan con matrimonios fallidos, los cuales le recuerdan los fallos en su propio matrimonio. La historia se mueve poco de ahí; es lenta, está contada con sencillez y hace un uso más lírico que narrativo de imágenes oníricas, estampas naturales y artículos periodísticos.

Creo que me falta contexto para entender bien esta novela, tanto cultural como generacional. Me resulta difícil imaginar el Japón postbélico y entender el cambio social operado entonces en las relaciones matrimoniales y en la visión sobre el aborto y el suicidio, todo lo cual recorre la obra. De modo que siento, al mismo tiempo, haberlo comprendido todo y no haber comprendido nada. Como si contara en húngaro una historia que siento en español, que he leído en inglés y que es, en origen, japonesa.

escrito en japonés | leído en inglés

RENDANG – will harris

Hacía mucho tiempo que no conectaba con los escritos de un poeta joven, pero Will Harris, británico de origen indonesio, me ha ganado completamente.

Compré un par de libros de poesía durante una visita a Harrogate, incluido este «Rendang«, publicado en 2020. El libro está lleno de referencias geográficas británicas, muchas de ellas londinenses, y de otros referentes actuales que quizá le resten algo de lustre para aquellos ajenos a las islas.

La poesía de Harris me recuerda… ¡a la mía propia! No en la forma. Él es expansivo y muchos poemas se tornan en prosa poética; yo soy más sintético. Pero sí en los temas, en la extracción de imágenes y símbolos de narraciones cotidianas, en los juegos de palabras. Hasta hemos tenido -esto ya es demasiado- la misma idea de jugar con la identidad personal a través de la pregunta racial omnipresente en todo formulario británico. Algo que Harris describe así: «OTHER, MIXED is what I tick / in forms through some / drunk nights I theorize my own / transmembered norms«.

Más citas. Harris observa a los demás, y a veces a sí mismo, con cierto humor: «There are people who relieve themselves of information like a dog pissing against a streetlamp«. Como he mencionado, es dado a descripciones basadas en experiencias propias que luego compara para extraer una reflexión o un significado nuevo que las descripciones no contienen por sí mismas. Por ejemplo: «Rows of empty buildings. | To Let    To Let    For Sale | Each sign like the dedication in a second-hand book. | To    To    For | To    To    For«. O también aquí: «(…) carried aloft by (…) / some faith in / suffering observed as healing. I thought about how I used to / hate (…) being / implicated in the spectacle of / hurt (…) / so I covered it in silence / I cordoned it off«. Es difícil seccionar sus poemas, porque tienden a ser largos y expansivos y una misma idea los recorre, o varias ideas entrelazadas. Del poema «SAY» destaco lo siguiente: «A brick-sized block of grey stone washed ashore on which was carved the word SAY (…), and another saying LES. (…) We worked out that rather than a command -like Rilke’s «flow»- it was the name of an old firm, SAYLES. (…) That SAY brick picked from the riverbed proved that broken things still flow. (…) As scars healed, it became harder to discuss. (…) I was too scared -too scarred- to speak. (…) he started to text my mum, but before he could press send his phone died. He couldn’t remember what he tried to say. I can’t remember what I tried to say. Flow, break, flow. You hear me, though?«. A veces, también, me ha parecido que su expansión sobra porque lo dice todo en un solo verso: «Early mornings some nights«.

Adivino que el bueno de Harris, viendo los lugares en los que emplaza algunos de sus poemas, probablemente vive cerca de mí… Tendré que estar atento, no vaya a ser que me tope con él en cualquier esquina. No quisiera dejar escapar la oportunidad de invitarle a una cerveza e intentar aprender de él.

escrito en inglés | leído en inglés

ARIAS – sharon olds

A veces no sé por qué me gusta la poesía de Sharon Olds, con su exceso de encabalgamientos, sus muchas asonancias, su falta total de métrica y largas descripciones que dejan poco espacio para la sutileza. Pero me gusta, como ya comenté aquí y aquí. Me gusta desde que Orlando Mondragón, que entiende mis gustos poéticos como pocos, me recomendó su lectura. De modo que, cuando después del primer confinamiento del 2020 me topé con estas «Arias» durante un viaje a King’s Lynn, no dudé en comprar el libro.

«Arias» es un libro bastante tocho para constituir un poemario, y está dividido en varias partes muy homogéneas, varias de las cuales podrían haber sido publicados como poemarios por derecho propio. Sharon nos enseña primero, con su franqueza habitual y pocos pelos en la lengua, su visión política, su rechazo al racismo, y nos lleva a lugares de los Estados Unidos sobre los que volverá después. Introduce el tema de la muerte, que será central más adelante. Sucesivamente, las siguientes partes del libro hablan sobre su nacimiento y su infancia, donde la figura de su madre cobra un papel protagonista y controvertido; también sobre el amor y el sexo: en la adolescencia, en el matrimonio y después del matrimonio. Llegan después las elegías por seres queridos que se han ido y entre las que Olds, de nuevo, pone a su madre en el centro de su poética. El libro termina con una vuelta al nacimiento y con la experiencia de la maternidad de la propia Olds.

He dicho que Olds abusa de los encabalgamientos, pero no siempre es así. La palabra «understand» cobra nuevos significados en estos versos: «You’re smart, all along you’ve been smart, your ignorance / has been the knowledge that you don’t know / what you don’t know, like a form of intelligence, / and now near the end of the world you under- / stand things, you yourself«. A Olds le gustan también los juegos de palabras. El que cito aquí viene a cuento del ataque terrorista de Nueva York en 2001 e introduce una imagen de «vuelta a la tierra» que Olds utiliza después en otras ocasiones: «I need to apologize / to the letters of the alphabet, / to the elements of the periodic / table, to O, and C, and H, / oxygen, carbon, hydrogen, / which make up most of a human body – / body which breaks down, in fire, / to the elements it was composed of«. Me gustan sus juegos de palabras: «Q belong to Q & A, / (…) / within its compound in the dictionary dwelt / the quill pig, and quince beetle, / and quetzal, and quail. Quailing was part of Q’s / quiddity, the Q quaked / (…) / And K has done a lot better – / 28 pages in Webster’s Third / to Q’s 18«; y las sentencias poderosas formadas a partir de contrarios como ésta: «It was not healing – it hurt / to hear how much healing had been needed«; y ésta: «through the extremest bliss of it / to a brief respite from it«. Me gustan también su honestidad y su candidez -reales o fingidas- en versos como: «And when, a year / later, I fell in love (…) / in the bed, I knew (…) his terms / of fondness were impersonal, / a traveler’s names for whatever town / he is passing through – once again«; y «Have I Iearned nothing, that I want to make / a shrine for it / as if on keratin effluence, / blah blah blah, of his matter, is an icon / and my spirit is its worshipper?«. Porque Olds se pregunta cosad que todos nos preguntamos, e identificarse con su poesía resulta sencillo; «I do not know / what a soul is, I think of it / as the smallest, the core, civil right«.

Aunque a veces se me olvida por qué me gusta Olds, leo sus poemas y recuerdo el porqué.

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EIN FLIEHENDES PFERD – martin walser

Hace algún tiempo me quejé en un foro de internet que suelo frecuentar sobre la dificultad de encontrar libros en alemán. Una chica me contestó, preguntando si había probado en Oxfam. Le respondí que sí, y que justamente allí había encontrado libros en varios idiomas, pero apenas unos pocos en alemán. Me dijo que trabajaba en una de las tiendas de Oxfam y que, si le decía cuál frecuentaba yo, intentaría que adquirieran algunos. Resultó que la tienda a la que yo iba era justamente donde ella trabajaba, y a los pocos días me encontré con una gran selección de libros en alemán. Compré «Ein fliehendes Pferd» y pude agradecerle el gesto personalmente.

Anécdotas aparte, el nombre de Martin Walser me era totalmente desconocido. Compré el libro por varias razones: por la prosa sencilla de la primera página (que luego resultó no serlo tanto en el resto del libro), por el buen estado de la edición y por el título, atrayente y enigmático. El libro ha sido traducido al español como «Un caballo en fuga«. Todo un hallazgo de traducción, mucho más bonita que mi traducción mental de «un caballo que huye». Resulta que una breve búsqueda en internet nos dice que Martin Walser es un autor comparable a otros como -¡atención!- Heinrich Böll y Günter Grass; ahí es nada. Por lo visto, también con Siegfried Lenz, otro autor que me era desconocido hasta que leí «Ein Krigsende«.

Pero metámonos en harina. El libro es interesante y la prosa es preciosa. Un matiz: El uso de la repetición me ha parecido ligeramente excesivo. La repetición, como recurso poético, es bonita; su exceso puede resultar burdo. Aunque en este caso está muy cerca de lo primero, creo que se abusa un poco de ella.

¿Y de qué trata la historia? Nos transporta al lago Constanza, donde un hombre de mediana edad, amigo de la filosofía y el buen yantar, pasa las vacaciones con su mujer. Su vida es rutinaria y falta de emociones. Allí se encuentra con un compañero de clase al que no ha visto en veinte años y del que apenas se acuerda, quien también está allí de vacaciones con su pareja. Las dos parejas no podrían ser más antagónicas, especialmente los hombres, y se sucede un juego de atracción y desprecio que contrapone los estilos de vida y los sentimientos de los cuatro protagonistas. La tensión se mantiene a través de juicios de valor que nunca decaen en un juicio moral o moraleja. El final de la historia, por otra parte, me ha parecido francamente bueno.

En conjunto, es un libro que me ha gustado. Ha despertado en mí diversas sensaciones de manera discreta pero real. Me ha enganchado bastante a ratos, aunque no durante toda la lectura. Como lectura en alemán ha supuesto un desafío debido al bello lenguaje del que hace uso, pero un desafío superable; si no fuera por eso, diría que es una novela fácil de leer, sencilla en el desarrollo y con bastante fondo.

escrito en alemán | leído en alemán

UNSTERBLICH SIND DIE LIEBENDEN – klaus kühl

La única razón por la que he leído este libro es porque lo encontré a punto de ser tirado a la basura. Le eché un vistazo, me pareció un alemán no demasiado complicado y lo guardé hasta alcanzar un manejo del idioma que me permitiera no solamente entenderlo, sino también disfrutarlo. Así ha sido. Un año después puedo decir que he leído mi primer poemario en alemán, que lo he entendido, sí, pero también disfrutado, y que me ha gustado.

El poemario trata de temas universales: el amor, el desamor, la muerte, la soledad y el sentido de la vida. ¿Muy denso? Pues no, porque la poesía es sencilla y salvo unas pocas palabras cultas que me han mandado al diccionario, donde he encontrado los significados precedidos por la abreviatura «elev.» de «lenguaje elevado», los poemas son muy fáciles de leer y de seguir; la lírica también ayuda, pues Kühl usa la rima y la aliteración con frecuencia.

A decir verdad, algunos poemas son algo ñoños y han sido tratados por muchos otros autores con más originalidad. El tono de los primeros poemas es alegre o neutro, pero después se vuelve bastante deprimente y se abusa de metáforas tomadas de la naturaleza, de lugares comunes y de palabras manidas. Los últimos poemas muestran una cierta actitud de sufridor que debe continuar encarando el futuro pese a todos los golpes. Quizá, en el fondo, no sea tan diferente de la poesía de Leonard Cohen. Qué puedo decir, no sé si el libro me ha gustado más por los poemas en sí o por la euforia de poder leer poesía en alemán; pero me ha gustado.

escrito en alemán | leído en alemán

ATONEMENT – ian mcewan

Briony es una niña al filo de la adolescencia, quizá algo mimada, cuyo interés por la literatura le lleva a preparar una de sus obra de teatro -algo pedantes y siempre con finales felices de cuento de hadas- para recibir a su hermano mayor que, al igual que su hermana, un amigo de la casa y un amigo de su hermano, están a punto de llegar a casa en el verano de 1935. Poco antes llegan también sus primos, dos chicos gemelos y una chica algo mayor que Briony, que pasarán el verano en la casa y a quienes Briony azuza para representar su muy querida obra de teatro. Pero Briony verá algo que cambiará el curso de la obra y marcará su carrera futura y su relación con la fa milia, algo que su edad no le permite entender bien y cuyo testimonio, una vez escuchado por el mundo adulto que le rodea, se convertirá en una culpa que tratará de expiar durante toda su vida.

Esta magnífica novela se divide en cuatro partes. La primera, la más larga y estilísticamente perfeccionista, narra las circunstancias que llevan a Briony a cometer su «crimen». Leyéndola, es difícil no recordar la técnica del flujo de conciencias y los hilos conductores salpicados de trivialidades que desarrolló Virginia Woolf en libros como «The Waves«, que el propio autor cita más adelante en un pasaje metaliterario en una historia que, desde el principio, parece anunciar una convicción literaria arraigada en su autor; al menos, eso es lo que se nos hace pensar en una novela que juega con la verdad, la ficción y la metaliteratura, aunque sin hacer de este juego su razón de ser principal. A pesar de que el autor no lo menciona, diría que también hay técnicas importadas de Hollywood, tanto en esta primera parte como en la última. En la primera parte sobresalen los saltos temporales hacia el futuro, que nos transportan rápidamente hacia pasajes de la historia cuyos detalles aún desconocemos, sólo para volver hacia atrás y releer lo que ya sabemos desde perspectivas diferentes; a veces parece que hay una voz en off hollywoodense que guía la trama y la dota de sentido.

El resto del libro se desarrolla en un tono y estilo distintos. Una vez comentido el crimen, con Briony ya adulta, no hay necesidad de expresar con las mismas técnicas momentos históricos -la Segunda guerra mundial- y maneras de ser -el entendimiento adulto en lugar del infantil- diferentes y por tanto la novela cambia; cambia incluso bruscamente. La segunda parte mantiene la intriga no a través de ligeros saltos hacia el futuro con billete de vuelta sino mendiante una historia lineal cuya huida parece alargarse y no terminar nunca. La tercera parte es, quizá, la más confusa. Tiene perfecto sentido y, más que ninguna otra parte del libro, desarrolla un argumento. A pesar de todo, dice muy poco que el lector no sepa ya o no intuya. La cuarta parte o epílogo es pura metaliteratura y, de nuevo, voz en off.

La novela tiene el sabor de un clásico en cada página. Me ha parecido, al mismo tiempo, profundamente desfasada y rabiosamente moderna. Me ha sorprendido la profundidad de los personajes femeninos; de todos ellos, mucho mejor caracterizados que los masculinos. Y desde luego su trama no me ha dejado indiferente. Se trata de una historia tratada con gusto y un ánimo discretamente rompedor. El tiempo dirá si pasa a considerarse una novela canónica o simplemente una buena novela pero, sea cual sea el veredicto, merece leerse como una de las grandes novelas que se están publicando en el siglo XXI.

escrito en inglés | leído en inglés

ANNA KARÉNINA – lev tolstói

1144 páginas. Punto y a parte.

Impresiones positivas: Muchas. La facilidad y ligereza de la lectura, el salto de narración entre tramas complementarias, de manera que ninguna llega a hacerse pesada. Ante todo, la complejidad psicológica de los personajes -sus intransigencias, sus debilidades, pasiones e innumerables pequeñas faltas y contradicciones-, el ansia ante el qué dirán y el qué haré, la preocupación por los temas más diversos, aquellos que nos sobrevuelan a todos en algún momento, explicados de la forma más sencilla y humana y, claro, la vigencia temática de esta aproximación. El realismo en estado puro, universal, que desprende la novela y atrapa al lector, centrado en las pequeñas desgracias y alegrías del día a día y del conjunto de los días al mismo tiempo que, para mí, es el punto más fuerte y la esencia misma de la novela.

Impresiones neutras: Algunas, porque hay cosas que no parecen suficientemente explicadas y que, sin embargo, una vez explicadas aportarían muy poco al fondo de la novela. La falta de contexto histórico e incluso, a veces, social. Un ejemplo: de no ser aficionado a la historia nunca habría adivinado que la mención de pasada a Montenegro se refiere a la revuelta de los montenegrinos contra los otomanos. Otro: de no haber visitado Karlóvy Vary, conocer su antiguo nombre alemán -Carlsbad- y haberme relacionado con checos, probablemente no habría podido identificar el lugar y comprender la importancia que esta ciudad balneario tenía y tiene para la alta sociedad rusa. Sin embargo, nada de esto afecta de veras la comprensión del libro. Otro rasgo del libro que me ha causado cierta impresión es el uso de paralelismos; mientras que algunas veces iluminan la narración, otras presuponen una estupidez del lector que la afea.

Impresiones negativas: La traducción terrible y plagada de errores tipográficos de Feedbooks. ¡Por favor! Acaso, también, el final de la parte séptima del libro, generador de cierto malestar, y la falta de recursos estilísticos generadores de tensión que, en cuanto a la transmisión eficaz de sentimientos humanos poderosos, ya estaban disponibles en época de Tolstói tal y como puede verse en «Cumbres borrascosas«.

Pero…, ¿de qué trata «Anna Karénina» (o «Ana Karenina«)? Unas veces de religión y otras de moral; también de la decadencia aristocrática, de las ideas en boga que llevaron -aunque eso el autor no podía saberlo- a la Revolución de Octubre; de Rusia, la urbana y cosmopolita y la rural y campesina; de las instituciones sociales que pueden tanto ayudarnos como aprisionarnos -la familia, la sociedad próxima de cada cual, el matrimonio, la iglesia-, las obsesiones individuales, la descendencia, la riqueza o la falta de ella; las diferentes actitudes ante la vida. Trata de personas con ideas, problemas y proyectos de futuro. Trata de Ana, una mujer inmersa en su propia red de incoherencias y contradicciones con quien es imposible no simpatizar y desesperarse.

1144 páginas recomendables si se leen con paciencia y ahínco, que apelan a los sentimientos, consiguen describir la razón mejor que el corazón y, si transmiten algo, es el vaivén y la zozobra de ambos, que el lector comprenderá en función de lo ya vivido.

escrito en ruso | leído en español

HIROSHIMA MON AMOUR – marguerite duras

Me encanta la colección de clásicos contemporáneos que Seix Barral fue sacando a mediados de la década de 1980, y que mi madre fue adquiriendo -y leyendo- número tras número. Cuando vuelvo a casa, muchas veces leo uno o varios tomos, y prácticamente todos me han llegado muy hondo. En esta ocasión decidí leer esta obra de Marguerite Duras. Una obra extraña porque se trata de un guión de cine. Había leído teatro antes; pero, ¿cine? Esto era algo nuevo.

Duras publicó el guión de la película homónima, incluyendo las partes que no fueron utilizadas y las descripciones de personajes y lugares. El efecto para un lector que, como yo, no esté acostumbrado a leer guiones de cine, es cuanto menos curioso. La obra es sencilla, como no puede ser de otra manera en este formato. Es también poética, y nos avisa de antemano de lo que va a suceder sin que impida disfrutar de lo que ocurre; estas dos cualidades son, quizá, más propias de la literatura que del cine. Me doy cuenta de que esta apreciación es discutible.

La obra trata de un adulterio, una aventura de una noche entre dos personas casadas, en la Hiroshima reconstruida después de la guerra. A propósito del adulterio, el siguiente diálogo me pareció bastante agudo: «-Soy de dudosa moralidad, ¿sabes? / Sonríe. / -¿A qué llamas tú una dudosa moralidad? / Tono muy ligero. / A dudar de la moralidad de los demás«.

Me ha gustado. Acaso me ha gustado de una manera extraña que no alcanzo a definir. Hablo, claro, de la historia misma. Leer cine me ha gustado también, de una manera extraña que sí puedo explicar; porque es diferente a mis lecturas habituales, porque la lectura es fresca y directa, y se centra en las pocas cosas que uno debe imaginar. Supongo que el siguiente paso es ver la película.

escrito en francés | leído en español