En primero de carrera, un profesor del que guardo buen recuerdo seleccionó algunos capítulos de “Las ciudades invisibles” como lectura obligatoria, con el objetivo de abrir nuestras mentes a diferentes formas de pensar en el funcionamiento de las ciudades -más allá de clichés y obviedades- y, por ende, de cómo la vida humana se refleja en ellas y de cómo las ciudades pueden dar forma a nuestras vidas.
Aquel año traté de encontrar el libro en papel, sin éxito. No ha sido hasta este mes que, encontrándolo a precio rebajado a causa del largo cierre por la pandemia, lo he comprado y leído.
Me ha parecido maravilloso y ha confirmado a Italo Calvino como uno de mis escritores favoritos. En este blog comenté hace ya bastante “Si una noche de invierno un viajero…” Este libro es, también, bastante experimental, pese a que su estructura de pequeñas secciones engarzadas en una historia general es muy antigua y recuerda a “Las mil y una noches”. Marco Polo narra sus viajes por las ciudades del mundo al gran Kublai Khan. Sus ciudades son abstracciones que atraen la atención sobre una particularidad: un dato geográfico, un edificio, un elemento urbano; esto, a su vez, refleja un comportamiento humano y conlleva una reflexión sobre éste y sobre cómo se ve reflejado en la ciudad. A través de elementos singulares y específicos, Calvino trata siempre de temas colectivos y universales.
Aunque, por supuesto, la filosofía estremece, es la narración la que engancha. La prosa limpia, la estructura clara y la maestría de querer siempre leer el capítulo siguiente sin necesidad de echar mano de golpes de efecto con giros de guión y sobresaltos. Una delicia de libro, y quizá el tipo de libro que relea en el futuro, algo que hago con escasísima frecuencia.
escrito en italiano | leído en inglés