A SINGLE MAN – christopher isherwood

«But you can’t fool a dirty old man; he isn’t sentimental about Young Love; he knows just how much it’s worth — a great deal, but not everything«.

Ah, fantástico.

¿Qué es esta novela corta exactamente? ¿Una confesión, un testamento a la experiencia, una justificación de las decisiones tomadas? George es un profesor universitario británico que vive en un suburbio de Los Ángeles algunos años después de terminar la Segunda Guerra Mundial. Le vemos lidiar con la pérdida de su pareja: Jim, con sus vecinos, con sus amigos y con sus estudiantes. George recuerda el pasado y a veces piensa en el futuro, pero su atención se centra sobre todo en el presente.

Tras un comienzo quizá algo seco -o esa fue mi impresión-, la narración se llena pronto de maravillas. Con humor, con ironía, van apareciendo temas que emocionan poco a poco hasta llegar al gran final: la pérdida, la edad, el descubrimiento de la sexualidad, la vanidad, la amistad, la soledad, el rechazo social, el debate intergeneracional, la nostalgia del expatriado, la importancia de los ensueños. Con escenas escasas pero vívidas y profundas, todos estos temas nos hablan al corazón y nos cuentan lo que significa ser humano.

No hay duda de que me ha encantado. Es distinta a lo que recuerdo de «Goodbye to Berlin«, la única otra novela del autor que he leído. La sensación que me causaron varias partes del texto la relaciono con «Stoner«, pese que apenas recuerdo su argumento y el tono de «A Single Man» es, decididamente y pese a la profundidad de sus temáticas, más alegre y esperanzador. El modo de expresar y superar la pérdida de un ser querido me ha traído memorias de la emotiva «H is for Hawk«, aunque el argumento sea muy diferente.

Y la próxima de Isherwood, porque habrá una próxima…

escrito en inglés | leído en inglés

LINKS, WO DAS HERZ IST – leonhard frank

Creo que es la primera vez que disfruto y me emociono leyendo una novela en alemán para la que, además, no he usado el diccionario ni una sola vez. Leonhard Frank habla para el corazón, y no solo para la cabeza, con un lenguaje sencillo que nos cuenta su autobiografía. Cuidado, porque vienen spoilers.
Michael, alter ego del autor, nace en el seno de una familia muy pobre de Würzburg, una pequeña ciudad alemana. Crece aprendiendo el oficio de su padre y creyendo, por culpa de un profesor, que será siempre un don nadie. Pronto se desplaza a Múnich y se adentra en su círculo bohemio, entrando en contacto con el famoso grupo Der Blaue Reiter, liderado por Kandinsky, un socialista republicano español, advocados del psicoanálisis y demás fauna local. El autor nos transmite con sencillez e ironía fina su opinión sobre la petulancia bohemia, cosa que hará después en otras ocasiones. En Múnich aprende a ser pintor, tiene un primer noviazgo que acaba con su novia poniéndole los cuernos y yéndose con un cocainómano, se da cuenta de que la pintura no es lo suyo y se muda a Berlín. Allí conoce a su primera esposa y escribe su primera novela, que es todo un éxito. Y aquí comienza la metaliteratura, porque el autor nos dice por qué empezó a escribirla y nos da pinceladas sobre su método de trabajo y su ideal literario. A lo largo del libro nos hablará de cómo sus vivencias influyen en su literatura y viceversa, y a mí me parece que ésta es una de sus fortalezas.
Mientras escribe su primera novela, Michael conoce a su primera esposa y su gran amor, Lisa, y recibe la visita de su madre antes de la publicación. Su madre, poco menos que iletrada y movida por las paupérrimas condiciones de vida de su hijo y su mujer, decide escribir una novela para ayudarle. En una de las secciones más emotivas de libro, Michael recibe un manuscrito de su madre sorprendentemente genial y que describe su vida; eso sí, escrito sin una sola coma.
No me quiero extender mucho en esta reseña. Diré sólo que que el autor describe cómo emigra a Suiza durante la Primera Guerra Mundial; convencido socialista y antibelicista, vuelve a Berlín, se convierte en enemigo del nazismo, que prohíbe sus novelas, huye a Francia, donde el gobierno lo trata como potencialmente peligroso pese a ser refugiado político, huye a pie de la ocupación alemana a la Francia de Vichy, destapando la connivencia de ésta con los nazis, consigue llegar a Estados Unidos pasando por España y Portugal, describe su trabajo en Hollywood, destaca la bienvenida que los estadounidenses dan a los europeos, pero también denuncia el salvajismo de su capitalismo, y regresa a Berlín después de la Segunda Guerra Mundial, conocido mundialmente por sus novelas y desconocido en su país debido a la prohibición de sus libros impuesta por el gobierno nazi. Entre tanto, Michael vive amores y desamores, tiene un hijo, se relaciona con gente como Tristan Tzara y Thomas Mann, y nos cuenta todo con brevedad y precisión, en una novels -y una vida- de película.
Casi todo en el libro me ha parecido excelente, aunque en ocasiones es bastante político y no todas sus ideas resisten igual de bien el paso del tiempo. Michael (o Leonhard, el autor), que se las da de muy progresista y se enfada ante el antisemitismo, tiene pensamientos homófobos y no se escandaliza ante el amor entre un hombre de media edad y una jovencita; termina la novela, también, con un alegato anticapitalista que puede estar bien hoy en día, pero que sabiendo cómo acabaron muchos regímenes comunistas, suena raro al saber que fue escrito en 1952. En fin, en todas partes cuecen habas.
Quien haya llegado hasta aquí está, sin duda, interesado por el libro. Léalo, lector.

escrito en alemán | leído en alemán