MIENTRAS LOS HOMBRES MUEREN – carmen conde

A finales del año pasado me interesé por la vida y la obra de Carmen Conde, poetisa y cuentista española del siglo XX y primera mujer en ocupar un sillón de la real academia de la lengua en dos siglos. Me interesaba su complejidad aparentemente contradictoria: feminista y lesbiana o por lo menos bisexual, pero respetadora de la figura del matrimonio tradicional; ferviente católica amante de las tradiciones árabe y judía; fundadora de instituciones claramente socialistas pero apolítica y buscadora de amistades de todos los signos políticos. Y, ¿cómo era posible no haberla conocido antes? Una búsqueda en Internet arrojó pocos libros a mi alcance. El único de precio asequible era una edición comentada de la universidad de Mánchester, editada por Jean Andrews sobre la cual sólo tengo buenas palabras.

Su introducción me parece informativa, bien escrita y de una longitud justa. El libro reúne dos series de poemas en prosa: Mientras los hombres mueren y A los niños muertos en la guerra. He leído los originales en español y los comentarios generales en inglés, saltándome el comentario detallado barra guía de traducción al inglés.

Las dos series son muy parecidas. La primera está dedicada a los combatientes de la guerra civil española y la segunda a los niños, víctimas inocentes de la contienda. Todos o casi todos los poemas hacen uso de exclamaciones e interrogaciones, mostrando el gran dolor y la frustración que su autora debió de sentir. Las imágenes religiosas y las naturales son comunes, también las de las bombas cayendo del cielo. Algunos poemas parecen describir atrocidades reales y, entonces, las series recuerdan a los desastres de la guerra de Goya, sólo que en versión escrita. Pero también hay diferencias entre las dos series. La primera es en general más mística y abstracta, y hace uso de imágenes clásicas más cultas; en la segunda, aunque dedicada a los niños, cobra mayor importancia la presencia de la mujer, y parece que los poemas son más directos y buscan punzar el corazón de la manera más rápida posible.

El dolor de Conde responde a una guerra que percibe como fraticida, algo que hemos oído muchísimas veces y que, sin embargo, nos cuesta entender con el corazón, y no solamente con la cabeza, a quienes hemos nacido en la democracia. Termino con una de las citas que he extraído del libro: «el dolor purifica hasta a aquellos que no lo merecen«.

escrito en español e inglés | leído en español e inglés

NADA – carmen laforet

«Nada» es la historia de una adolescente que, terminada la guerra civil, se muda del pueblo a Barcelona para estudiar en la universidad. Allí vivirá con unos parientes que apena conoce, en una casa de locos donde la pobreza y el hambre desembocan en violencia y sinsentido. En la universidad se mezclará con hijos de burgueses, cuyo mundo no podría ser más distinto al suyo.

La protagonista descubre que la amistad y el amor por la vida van acompañados por la decepción, y los afronta con una suerte de aceptación insumisa. «Nada» es una novela bella, lúcida, sórdida y violenta, que a veces hiere los sentimientos profundamente y que pinta una España que duele leer. Su estilo es fácil de seguir, sencillo e intimista, y choca con lo que cuenta. Esa actitud de aceptación de la protagonista de la que hablaba antes, que es como una sensación de derrota apenas iniciada la lucha, surgida de la indiferencia ante el cansancio simple del hambre, sorprende ante los capítulos de violencia e injusticia que la novela narra.

«Nada» tiene también un noséqué de autenticidad. Si hay muchos libros que, pareciendo comerciales, muestran ínfulas de algo más grande, aquí me ha parecido que sucede lo contrario, que esta novela es algo más grande que ella misma, disfrazada todo el rato con empeño, mal que bien, de literatura comercial.

escrito en español | leído en español

GERMINAL – emile zola

100416~1Se necesita estómago para terminar «Germinal«. Hace algunos años me enganché poderosamente a «Cumbres borrascosas«; la historia comenzaba con mal pie y a cada momento me parecía que podría enderezarse siquiera un poco. Eso no sólo no pasaba sino que la cosa iba de mal en peor a un ritmo que mis tripas difícilmente soportaban y, a su vez, impedía a mis ojos apartar la vista del papel. He tenido la misma sensación con «Germinal«.

Si la novela de Dickinson me recordó a una telenovela sudamericana, la de Zola se parece más a un alegato socialista. Las dos observaciones son por supuesto muy insuficientes y no permiten abarcar la dimensión de sus novelas. Ésta de Zola, como buena obra decimonónica, no me ha cautivado por su escritura sino por su historia. Es el argumento, tan demoledor, tan realista y cruel, el que se lo traga todo: el desarrollo de una huelga de mineros en el norte de Francia. Sus personajes abarcan un pueblo entero. Todos están increíblemente matizados, sus diferencias y su evolución a la luz de los acontecimientos es increíble.

«Germinal» es una novela de las de amar y odiar al mismo tiempo, como ya opiné de «Viaje al fin de la noche» al abrir este blog (¿Será algo francés?). Recomendada para leer con el estómago vacío. Por mi parte, tengo intención de leer más a Zola.

escrito en francés | leído en español