ARIAS – sharon olds

A veces no sé por qué me gusta la poesía de Sharon Olds, con su exceso de encabalgamientos, sus muchas asonancias, su falta total de métrica y largas descripciones que dejan poco espacio para la sutileza. Pero me gusta, como ya comenté aquí y aquí. Me gusta desde que Orlando Mondragón, que entiende mis gustos poéticos como pocos, me recomendó su lectura. De modo que, cuando después del primer confinamiento del 2020 me topé con estas «Arias» durante un viaje a King’s Lynn, no dudé en comprar el libro.

«Arias» es un libro bastante tocho para constituir un poemario, y está dividido en varias partes muy homogéneas, varias de las cuales podrían haber sido publicados como poemarios por derecho propio. Sharon nos enseña primero, con su franqueza habitual y pocos pelos en la lengua, su visión política, su rechazo al racismo, y nos lleva a lugares de los Estados Unidos sobre los que volverá después. Introduce el tema de la muerte, que será central más adelante. Sucesivamente, las siguientes partes del libro hablan sobre su nacimiento y su infancia, donde la figura de su madre cobra un papel protagonista y controvertido; también sobre el amor y el sexo: en la adolescencia, en el matrimonio y después del matrimonio. Llegan después las elegías por seres queridos que se han ido y entre las que Olds, de nuevo, pone a su madre en el centro de su poética. El libro termina con una vuelta al nacimiento y con la experiencia de la maternidad de la propia Olds.

He dicho que Olds abusa de los encabalgamientos, pero no siempre es así. La palabra «understand» cobra nuevos significados en estos versos: «You’re smart, all along you’ve been smart, your ignorance / has been the knowledge that you don’t know / what you don’t know, like a form of intelligence, / and now near the end of the world you under- / stand things, you yourself«. A Olds le gustan también los juegos de palabras. El que cito aquí viene a cuento del ataque terrorista de Nueva York en 2001 e introduce una imagen de «vuelta a la tierra» que Olds utiliza después en otras ocasiones: «I need to apologize / to the letters of the alphabet, / to the elements of the periodic / table, to O, and C, and H, / oxygen, carbon, hydrogen, / which make up most of a human body – / body which breaks down, in fire, / to the elements it was composed of«. Me gustan sus juegos de palabras: «Q belong to Q & A, / (…) / within its compound in the dictionary dwelt / the quill pig, and quince beetle, / and quetzal, and quail. Quailing was part of Q’s / quiddity, the Q quaked / (…) / And K has done a lot better – / 28 pages in Webster’s Third / to Q’s 18«; y las sentencias poderosas formadas a partir de contrarios como ésta: «It was not healing – it hurt / to hear how much healing had been needed«; y ésta: «through the extremest bliss of it / to a brief respite from it«. Me gustan también su honestidad y su candidez -reales o fingidas- en versos como: «And when, a year / later, I fell in love (…) / in the bed, I knew (…) his terms / of fondness were impersonal, / a traveler’s names for whatever town / he is passing through – once again«; y «Have I Iearned nothing, that I want to make / a shrine for it / as if on keratin effluence, / blah blah blah, of his matter, is an icon / and my spirit is its worshipper?«. Porque Olds se pregunta cosad que todos nos preguntamos, e identificarse con su poesía resulta sencillo; «I do not know / what a soul is, I think of it / as the smallest, the core, civil right«.

Aunque a veces se me olvida por qué me gusta Olds, leo sus poemas y recuerdo el porqué.

escrito en inglés | leído en inglés

PAPÁ GORIOT – honoré de balzac

Algo tiene la literatura francesa que siempre me conmueve…

«Papá Goriot» empieza siendo una novela que me pareció típicamente decimonónica; entretenida, despojada de las florituras estilísticas que vendrían casi un siglo después de su publicación, y cargada de preámbulos que me empezaron a parecer excesivos, cada vez más molestos, incluso cargantes, hasta más o menos la página 50, momento en que la señora de Beauséant monologa despechada y promete al joven Eugenio su entrada en la alta sociedad parisiense de la Restauración monárquica. Ahí, «Papá Goriot» me enganchó.

Lo que sigue es un conjunto de sensaciones marcadas por la tristeza y el horror ante una historia que, a un ritmo más trepidante a cada página, destapa parcelas de la mezquindad humana y del orden social que siguen demasiado en boga. Las historias del señor Goriot, arruinado por sus hijas, y de Eugenio, que ambiciona la riqueza porque no la tiene, sirven para hablar de la ambición por el dinero, la frivolidad, la mentira al servicio del egoísmo y del placer, el mirar hacia otro lado cuando conviene ignorar algo que no nos gusta, la falta de escrúpulos justificada a uno mismo con la lógica de una impotencia irreal; en fin, Balzac nos muestra un mundo liderado por un materialismo rampante que deja todo lo demás en segundo plano y en el que nuestro sistema de valores se modifica a las primeras de cambio, mal que nos pese y considerándolo, con rectitud fingida, inevitable; todo para lograr nuestros objetivos de la manera más cómoda posible y sin importar a quién pisemos, aunque no lo podamos reconocer ante nosotros mismos.

Y ahora pregúntense si quieren leerlo.

escrito en francés | leído en español

WUNDERBARE JAHRE – sibylle berg

«Wunderbare Jahre. Als wir noch die Welt bereisen» es una colección de recuerdos viajeros, de impresiones de medio mundo. En total, diecinueve escritos cortos ilustrados ocasionalmente con interesantes dibujos a blanco y negro de Isabel Kreitz. A cada pieza se le agregan uno o varios apéndices a modo de postdatas que buscan impactar al lector con los contrastes de un mundo globalizado. A un viaje en tren para ricachones, atentados terroristas; a las estaciones de esquí en Suiza, el peligro de avalanchas que incomunican valles enteros durante meses; inundaciones, deforestación, cambio climático, colonización y contaminación son la cara de la moneda opuesta a las experiencias de la autora en diversos puntos del planeta, no siempre positivas pero casi siempre esperables, mientras recorre el mundo como turista o exploradora y experimenta diversas formas de viajar.

Se trata de un libro interesante, diferente y más actual de lo que suele caer en mis manos. El sistema de las postdatas se hace un poco repetitivo al admitir escasa variación. Hay también una omisión importante. En una sección dedicada a atentados terroristas en trenes se omiten los atentados de Madrid. Dadas las fechas, los lugares y las víctimas de los atentados descritos, se hace imposible imaginar qué llevó a la autora a obviarlos, y es difícil creer que fuera el desconocimiento debido a su magnitud.

El estilo es interesante. Sibylle Berg es dramaturga y quizá haya algo de teatro en este libro también. Es muy accesible sin renunciar a la buena literatura, bastante crítico y, a veces, plagado de anglicismos. Quizá debería tratar de leer alguna de sus piezas para teatro.

escrito en alemán | leído en alemán

A SANGRE FRÍA – truman capote

Con una objetividad periodística, al menos pretendida, «A sangre fría» reconstruye las horas previas al al asesinato real de una rica y respetada familia de Kansas sin motivo aparente, la vida de los asesinos después del crimen, el desarrollo del caso policial y del proceso judicial, y la suerte ulterior de los asesinos.

El autor parece haber hecho un gran esfuerzo por presentar su reconstrucción del caso de manera imparcial, si bien evidentemente novelada. Dedica tanto espacio a describir las circunstancias vitales de los asesinos como de sus víctimas. No se olvida de trasladar la atmósfera en el pueblo y en la casa del detective jefe durante la investigación, al igual que las dudas de los asesinos una vez perpetrado el crimen. Al narrar el juicio, plantea las críticas y contracríticas de todas las partes. En conjunto, parece un excelente trabajo periodístico que, además, es también una buena novela.

Diría que se evita el morbo mediante un relato que, sin omisiones aparentes en los detalles, tampoco se regodea en ellos. Es un libro que me ha resultado fácil de seguir y entretenido, aunque su género no es mi predilecto. Aún así, puedo decir que el libro está bien resuelto, plantea preguntas y críticas más allá del caso en sí, y me parece bueno y recomendable.

escrito en inglés | leído en español

DER RICHTER UND SEIN HENKER – friedrich dürrenmatt

41hS2EuGYfLNovela policíaca de trama rápida y corta, bastante sencilla, aunque muy entretenida y bien escrita. No la hubiera leído de no haber sido propuesta por mi profesor de alemán. Merece la pena leerla para pasar un buen rato sin esfuerzos mentales.

Puedo decir muy poco sin desvelar la trama. La historia comienza con el asesinato de un policía en el cantón de Berna quien, al parecer, investigaba a un peso pesado de la zona. La trama se centra en la investigación y en los policías que la lideran, el comisario y su ayudante, personajes dispares cuyas opiniones son a menudo opuestas.

¡Eso es todo cuanto puedo decir! Una lectura entretenida que no require mucha concentración. A no ser que se lea en el original, en cuyo caso requiere algo de calma y la ayuda puntual -sin exagerar- de un diccionario.

escrito en alemán | leído en alemán

GRANTA 127. JAPAN – vv.aa.

Cuando leí el número 131 de Granta me quedó claro que iba a volver a acercarme a esta revista literaria. Buceando en una tienda de segunda mano encontré este número sobre Japón, poco después de decidir que iba a visitar el país este año. Lo llevé conmigo y comencé a leerlo en el avión. Sin embargo, el primer relato me resultó tan profundamente desasosegante que lo dejé de lado al poco de empezar porque, en fin, yo deseaba tener una buena impresión de los lugares que iba a visitar. Una vez de vuelta lo retomé.

La calidad literaria de todas las piezas es alta y, en algunas, muy alta. La mayor parte de los escritos que componen la publicación son relatos cortos, aunque hay también cruces entre fragmentos biográficos y ensayos, al igual que dos reportajes fotográficos bastante interesantes -que me abstraeré de comentar dada la naturaleza literaria de este espacio- y un poema. Aunque las traducciones de escritores japoneses dominan la selección, aparecen algunos originales anglosajones y una traducción del español. El tema en común de todas las piezas es el Japón contemporáneo; los relatos aluden a la sociedad de hoy y a cómo puede desarrollarse en un futuro próximo. Incluso los relatos más históricos no van más allá del siglo XX y parecen anticipar la sociedad nipona actual.

«A Clean Marriage«, de Sayaka Murata, me molestó con su desasosiego y su inquietud. Me resultó un relato desagradable y a pesar de todo brillante. Narra los esfuerzos de una pareja de Tokio por tener un hijo sin hacer uso del sexo, ya que entienden el sexo y el matrimonio como elementos diferenciados e irreconciliables. «Breakfast«, de Michael Emmerich, sigue la visita relámpago de una mujer a Tokio para visitar a su exmarido, a quien ha abandonado en su huida al sur, lo más lejos posible de Fukushima, tras la catástrofe nuclear. Se trata de un relato interesante y bien hilado, aunque carece de la ambición de otros de esta selección. Ambición le sobra a «Variations on a Theme by Mister Donut«, de David Mitchell -cuyo libro más conocido, «Cloud Atlas«, pasó por mis manos en 2013-, un relato muy interesante e incluso divertido, bien contado, con una estructura muy cuidada y cuya única falta es, en mi opinión, aclarar en ciertas líneas el fondo del relato cuando éste ya era evidente.

«Linked«, de Ruth Ozeki, me resultó entrañable y resultón, aunque quizá excesivamente humilde al contraponer a la autora con el recuerdo de su abuelo, mientras que «Things Remembered and Things Forgotten«, de Kyoko Nakajima, describe la relación entre dos hermanos de una manera algo desconcertante. «Final Fantasy III«, de Tao Lin, es un relato un tanto extraño que mira a Japón desde la perspectiva de la emigración. «Blue Moon«, de Hiromi Kawakami, es una narración madura sobre la perspectiva de la muerte, alejada tanto del sentimentalismo como de la épica personal.

«The Japanese Firefly Squid«, firmado por Kimiho Hahn, es el único poema del volumen y está cargado de referencias a Japón a pesar de su corta extensión. A partir de «Spider Lilies«, de Hiroko Oyamada, muchos textos me resultaron un poco más caóticos, bien con estructuras ligeramente desorganizadas o con argumentos que precisan de una mayor extensión para poder desarrollarse plenamente, y tuve la impresión de que ya había leído los mejores relatos del libro. La historia de «Spider Lilies«, en concreto, incide mucho en dos temas -la muerte y la capacidad productora del pecho materno- que en mi opinión no consigue -o intenta siquiera- reconciliar. «The Beauty of the Package«, de Pico Iyer, es un relato curioso sobre la tradición occidental de las bodas japonesas contemporáneas. «Pig Skin«, de Andrés Felipe Solano, es una lectura entretenida que cruza el relato detectivesco con la intriga. Acaso el relato más ambicioso sea «Printable«, de Toh Enfoe, cuya ciencia ficción nos transporta a un futuro en que las impresoras 3D pueden imprimir cualquier cosa. A mis ojos, el problema del relato es que este tema se junta con otros temas difíciles -la naturaleza de las traducciones, la emigración-, cada uno de los cuales requeriría un relato aparte. El resultado final es un texto denso e intrincado, difícil de seguir y que, a pesar de la claridad de sus ideas, no consigue transmitir todo lo que desea y llegar a un final original.

David Peace me dejó bastate indiferente con «After the War, Before the War«, inspirado en el viaje real de un afamado escritor japonés al Shangái colonial. El estilo del relato se me hizo por momentos insufrible y no pude dilucidar qué trataba de contar Peace exactamente, aunque quizá la culpa sea del editor, ya que no se trata de un relato cuyo fin esté en sí mismo sino del extracto de una novela. Adam Johnson narra sus impresiones de Corea del Norte en «Scavengers» desde una perspectiva occidental. Creo que su relato me hubiera impresionado si no hubiera estado interesado en este tema anteriormente y hubiera visto videologs de otros viajeros contando experiencias similares.

«The Dogs» es una historia distópica muy abierta, que engendra muchas preguntas y ofrece pocas respuestas. Al igual que «A Clean Marriage», este relato de Yukiko Motoya me resultó inquietante y desagradable, y me pareció sin embargo bien contado y de buena calidad. «Arrival Gates» es el ensayo algo melancólico y bastante poético de Rebecca Solmit, basado en su visita al templo de Fushimi Inari. Honesto y bien escrito, aunque quizá no demasiado original, contiene algunas de las mejores líneas de toda la antología. «Pink«, de Tomoyuki Hoshino, me desconcertó. No sé muy bien qué pensar de esta historia de mujeres que dan vueltas sobre sí mismas para huir de una ola de calor. Casi todo el relato me encantó; llegando al final, sin embargo, me volvió a desconcertar -esta vez, decididamente, de manera negativa- el acercamiento súbito del desenlace. El desenlace en sí mismo, con su relación entre los conceptos de espacio y tiempo, me gustó, pero creo que al relato le hubiera ido bien un final más abstracto y abierto al estilo de «The Dogs».

Lo más curioso de este número es que pude entender perfectamente las historias escritas por occidentales, sin importar su país de procedencia. Sabía muy bien de dónde venían, comprendía las estructuras, la filosofía que unía los relatos y el por qué de los inicios, los finales y el estilo. Las historias japonesas, por otro lado, me desconcertaron casi todas. ¿Por qué esta referencia, este cambio de ritmo, este tema, esta distopía, este final? Incluso después de haber estado allí no logro comprenderlos del todo. El haberlo leído después de mi viaje y no antes, por otro lado, lo considero un acierto. Creo que he disfrutado mucho más de los relatos por conocer algunos de los lugares en los que se ambientan y habiendo visto un poco de la sociedad japonesa. En conjunto, este volumen me parece interesante y recomendable, y es probable que vuelva a leer otro número de Granta en el futuro.

escrito en japonés, inglés y español | leído en inglés

THREE SHORT JAPANESE SHORT STORIES

«Behind the Prison«, «Closet L.L.B.» y «General Kim» son los tres relatos que componen este librito de 50 páginas, punta de lanza de una antología mayor de relatos japoneses que Penguin planea publicar y cuyo título será «Penguin Book of Japanese Short Stories«.

Las dos primeras historias comparten varios rasgos. Ambas tienen como protagonistas jóvenes inteligentes arrancados de su lugar de origen y atraidos por el arte, que no encuentran su lugar en la sociedad japonesa y que solamente desean abstraerse del mundo; ninguno consigue dar con un empleo aceptable y ambos mantienen tensas relaciones con sus familias y prácticamente nulas relaciones sociales. El tercer relato es diferente y refiere una leyenda, a la manera de los cuentos tradicionales japoneses, con el objeto de señalar la falta de autocrítica social que éstos entrañan.

Aunque encuentro rasgos de originalidad y buen hacer en los tres relatos, ninguno me ha entusiasmado demasiado y todos han pasado por mí, más bien, sin pena ni gloria. Acaso «Closet L.L.B.» sea el que más me ha gustado, a pesar de que «General Kim» me ha parecido el que contenía la idea base más original. ¡Juzguen ustedes!

escrito en japonés | leído en inglés

CHILD 44 – tom rob smith

Es inhabitual que yo lea un súperventas de este tipo, un libro trepidante repleto de acción que me fue regalado por una buena amiga, con una portada atractiva y una historia interesante y fácil de seguir.

La cosa es que este tipo de libros se centra precisamente en eso, en hilos narrativos donde la acción no falta y el lector se queda enganchado mientras la historia -en este caso, la de unos crímenes- se resuelve. Hay también un contexto, la Unión Soviética estalinista, que domina la narración hasta el punto de que el estado de locura social provocado por el terror gubernamental es en sí mismo un personaje, y ahí reside, para mí, el punto fuerte de la novela y lo que provoca afición. El resto es facilón, más si cabe que en libros semejantes. Los personajes, excepto el protagonista, son bastante planos. El lector se enfrenta, por otro lado, a nombres de personajes que apenas tienen qué decir en el conjunto de la historia, como si su mero nombre pudiera humanizarlos; sin conocer sus pensamientos o conociéndolos solamentre a través de las reacciones descritas por un narrador impersonal. El estilo es descaradamente simple; diseñado para serlo, sí, pero muchas veces rayano en lo simplón. Da la sensación de estar leyendo una versión simplificada del idioma, deliberadamente acortada, con las palabras restringidas a su primera acepción. El curso de la acción y la descripción de ésta, junto con la escritura desbrozada del autor, crean una atmósfera de guión de Hollywood; el libro tiene menos de novela que de película.

Ahora bien, es un libro entretenido, perfecto para dejar de pensar en la rutina y leer en cualquier parte. Y la historia, aunque tiene giros cogidos con pinzas, es sugerente y se deja leer bien. Leyéndolo he pasado buenos ratos y, aunque no me haya provocado placer estético, sí que me ha servido para pasar el tiempo y disfrutarlo.

escrito en inglés | leído en inglés

CORAZÓN TAN BLANCO – javier marías

«No he querido saber, pero he sabido«. El arranque del libro provoca ya un escalofrío y sintetiza su espíritu: la ignorancia, el conocimiento; apenas unas pocas palabras después, aún parte de la misma frase rápida y rebuscada y pensada para atrapar al lector, «no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas» -el matrimonio como otro de los grandes temas del libro- y, sin dar por finalizada la frase, «se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre«, la muerte y la familia, últimos grandes temas de la novela.

Una narración atrapante y excesiva. Excesiva hasta encandilar y, al cabo de unas pocas páginas, odiar. Entendí perfectamente por qué hay quien detesta a Marías. Pensé que un estilo tan abigarrado y barroco -algunos dirían tan refinada y contemporáneamente español- no podría prolongarse más allá de las cincuenta páginas sin comenzar a soltar lastre. Y así fue; llegado al punto de odiar el estilo Marías, las repeticiones comenzaron a espaciarse y, si bien los vaivenes de la historia siguieron la misma línea, me pareció que el estilo del autor se relajó un tanto, alejándose del preciosismo florido e hiperrealista del principio para concentrarse en la historia.

Ahí, en la historia, yace en mi opinión el valor más palpable de este libro por doble motivo. Primero, porque armar una trama mediante una serie de anécdotas y hechos circunstanciales vagamente relaccionados, algo común, aunque tratado de otro modo, en las novelas de detectives, me ha parecido bastante original. Segundo, porque la habilidad de Marías para usar ciertas palabras e imágenes y anticiparse a las sensaciones que crean, así como ligeros saltos temporales, el uso de la ignorancia y el azar, y una reminiscencia sutil del stream of consciousness, crean una serie de sensaciones en el lector -o al menos las han creado en mí- que enriquecen la novela.

Aun tomándome la lectura como un juego, precisamente por la serie de anécdotas y hechos vagamente relacionados, casi relatos en sí mismos y sin embargo, cuyas imágenes tanto sentido cobran en el desenlace, la atención y la intriga han sido constantes. Desde luego me ha gustado. Mucho. No sé si tanto como para encumbrar a Marías al Olimpo de la literatura contemporánea como hacen en algunas partes -hay tantos escritores, y tantos tan buenos-, pero suficiente como para tenerlo en alta estima. Y sobre todo y más importante, he disfrutado muchísmo de la lectura.

escrito en español | leído en español

TEATRO (1) – breve reseña

Este cuaderno de bitácora tiene una sección prácticamente vacía dedicada al teatro. Si bien creo firmememente que la dramaturgia contiene valores inherentes a su lectura, lo suyo es ver las obras en escena. Hasta hace unos dos años podía contar con los dedos las obras de teatro que había visto. Todo eso cambió más o menos de repente y ahora, de media, veo representar una obra a la semana. No le hago ascos a casi nada: obras clásicas, versionadas y modernas; teatro de masas y alternativo; conceptos tradicionales, espectáculos, conciertos con lectura teatralizada, musicales, fusiones de teatro con medios audiovisuales; salas de teatros de concepción clásica, modernas y actuaciones al aire libre. Sobre los escenarios teatrales escucho también música clásica, opereta y ópera. Casi todo en Londres, la ciudad donde he descubierto el teatro. Y casi todo en inglés, aunque también obras sueltas en español y alemán. He decidido recordar algunas de las obras que he visto en los últimos dos años y plasmar aquí mis impresiones. Porque hay obras que no debería olvidar.

Si tuviera que elegir una obra, una sola, que haya tocado todas mis fibras, creo que ésa sería The Inheritance (Part I), la primera parte de una monumental obra escrita por Matthew López y dirigida por Stephen Daldry basada en la novela «Howards End» de E. M. Forster, escritor al que todavía no he tenido el gusto de leer. Arrolladora, chocante, profunda, superficial, actual y morbosa, la obra comienza con una suerte de clase en que unos chicos aprenden a escribir. El posible tema de sus escritos lleva a la comparación entre el mundo que hoy se han formado los hombres homosexuales y aquél que vivió la generación anterior en los tiempos de la rápida y letal expansión del sida. La obra es, simplemente, perfecta: la actuación de los personajes, el tema, el desarrollo, los cambios de ritmo, las reflexiones, los chistes; todo. Tres horas más media de descanso que se hacen cortas. Hablando de cambios de ritmo, siempre recordaré aquella escena en que uno de los personajes, apenas un niño, relata su experiencia en un cuarto oscuro de Praga. La escena, que rompe con el tono jocoso anterior, se vuelve misteriosa; después, sensual e incluso sexual, y sospecho que muchos de los allí presentes sintieron ganas de estar en otra parte; después, de repente, el horror. Un horror que paraliza y provoca un sudor frío. Me pareció increíble que tal cantidad de sensaciones intensas pudiera condensarse en apenas unos minutos. Tuve la suerte de ver esta obra en las sesiones previas a su estreno oficial en el Young Vic, el día en que está presente la prensa. Después de eso, lleno total y traslado al West End.

Hay, claro, otras muchas obras que me han causado gran impresión. Ahí está Trainspotting, la obra basada en la novela de Irvine Welsh cuya historia, emplazada en el Edimburgo de los años ’80, cuando la adicción a la heroína era un problema de primer orden, es sencillamente brutal. Su trabajosa interpretación para todos aquellos que no estamos familiarizados con el dialecto scots no es dificultad para disfrutar del humor hilarante de su primera parte y de la brutalidad absoluta de su segunda mitad. Y ahí reside la fuerza de esta obra, en el horror y la violencia, en no creer que lo que estás viendo sea posible y en empezar a creer que no se trata de una simple actuación sino de algo real que sucede delante de tus ojos, apenas a unos palmos de distancia. Ahí entra la magia de un teatro recogido y próximo, The Vaults, con su escena central y alargada, y de una puesta en escena que interactúa groseramente con los asistentes.

Hablando de teatros alargados y pequeños y de obras donde el horror y la pena juegan un papel principal, un clásico: Mother Courage and Her Children, la cumbre del drama alemán escrita por Bertolt Brecht, interpretada en el Southwark Playhouse. Madre Coraje, siempre en movimiento, trata de sobrevivir en esa Polonia devastada por la Segunda Guerra Mundial. Sirviéndose del contrabando y de sus malas artes, porque todo vale para sobrevivir, trata de salvar a sus tres hijos. Arrastra sus pertenencias en un carro, aquél que se convirtió en el símbolo del éxodo germano poco después. Ella logra salvarse mientras sus hijos corren suertes diversas. Este largo alegato antibelicista es difícil de disfrutar. Mantiene alerta y causa lástima.

Cambiando de tercio, una de las obras más originales que he visto ha sido Our Great Tchaikovsky, en The Other Palace. Hershey Felder, único personaje sobre el escenario, hace las veces de narrador y personaje principal. Pianista, repasa los episodios más notables de la biografía del compositor a la vez que interpreta extractos de las piezas que compuso en esos momentos de su vida. La música y las palabras casan a la perfección y, de pronto, en la música de Tchaikovsky cobran sentido sus avatares y sentimientos. Las ganas de superación, la petulancia, el hastío, la homosexualidad forzosamente oculta, el amor, la fama; todo está en su música.

Otra pequeña gran obra: Midnight, un musical casi inverosímil representado en el Union Theatre. Adoro este teatro, pequeñísimo, casi íntimo, donde la obra sucede prácticamente ante tus narices y casi solamente para ti. Las obras que aquí he visto me han parecido buenas todas, aunque ésta se ha llevado la palma. En la Nochevieja de 1937, una pareja del Azerbayán soviético se dispone a celebrar la entrada en el año nuevo cuando llaman a la puerta. Alguien ha caído por la ventana poco antes y un agente de la NKVD, la policía secreta de Stalin, se persona y pregunta a la pareja si puede descansar un momento en su piso. Lúgubre e ingeniosa, la obra me pareció un auténtico tesoro oculto. Lo mejor, la actuación. Cuatro actores que actúan, cantan, bailan y tocan instrumentos clásicos, todo a la vez y como si fuera lo más natural del mundo.

Esta entrada es ya más larga de lo que había previsto y hay todavía varias obras en el tintero de las que merece la pena acordarse. Volveré con más en una segunda parte.

producido en inglés, alemán | visto en inglés