Cuando tenía 18 años, «El péndulo de Foucault» de Umberto Eco me impresionó mucho. Entre sus muchas citas y menciones recuerdo un comentario sarcástico a la obra de Giuseppe Tomasi di Lampedusa en forma de ficticia entrada enciclopédica. Así descubrí la existencia de «El gatopardo«, que tomé prestado de mi madre dos o tres años después. Interesado por su autor, descubrí que había escrito unas breves memorias y tres relatos, publicados por Edhasa, de los que leí críticas que me interesaron. Encontré la edición de Edhasa, en 2011 (la fecha es todavía legible en el recibo de compra), en la librería Lume de Coruña, librería a la que guardé mayor fidelidad en esa ciudad. Comencé a leer las memorias pero, francamente, me aburrieron, y relegué el libro a la estantería sin haberlo terminado. Y hasta esta semana.
Las memorias o anotaciones de Lampedusa se agrupan en tres capítulos bajo el título común de Recuerdos de infancia. Son fragmentos más o menos sueltos, provincianos, de tono y desarrollo similares a «El gatopardo«. En fin, me aburrieron por su falta de objetivo en sí mismas y por sus descripciones muy detalladas. Los relatos me parecieron mucho más interesantes. La alegría de la ley comienza con el regalo piadoso de un dulce navideño muy caro a un empleado pobre, haciendo patente su miseria de manera dolorosa. La sirena, el relato más largo de la antología, cuenta un encuentro fabuloso. Aunque quizá no tenga nada de extraordinario, me pareció un relato atrayente de factura buena y difícil de describir. Los gatitos ciegos, primer capítulo de una novela abortada, puede leerse en sí mismo. Todo en él recuerda a «El gatopardo». Muestra el choque entre el viejo orden socioeconómico siciliano previo a la fundación de Italia y el nuevo orden que llegó después. Me pareció un relato muy bueno.
En conjunto, pienso que Lampedusa escribió con gran lucidez. También con una soltura pesada; no acierto a describir mejor la sensación que tengo cuando leo sus historias, que es justamente la que recuerdo haber sentido cuando leí su novela años atrás. Casi parece que la mano del narrador avanza a trompicones entre los valores del pasado y la modernidad, la narración fluida y descarnada y las citas cultas y el detallismo, sin decidirse entre unas y otras y provocando una especie de inseguridad que, quizá, pretendió transmitir.
escrito en italiano | leído en español
¿te ha gustado este comentario? ¡compártelo!